Empleados de Albada se unen a su compañero despedido y esperan a la huelga del domingo

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  r.l.> a coruña

  Fernando Balay, el trabajador despedido de Albada, la concesionaria de la planta de Nostián, cumple ya cinco días acampado en un arcén situado en el acceso a la central de tratamiento de residuos sólidos. Balay vive en una tienda al pie de un acantilado, pero ya no está solo.
Ayer, se sumaron dos tiendas más y según el presidente del comité de empresa, serán muchos más los trabajadores que se unirán al operario despedido por agredir presuntamente a un guardia de seguridad durante una movilización en la que hubo varios piquetes. Una acusación falsa, según declara el propio Balay, ya que no pudo estar presente porque no se hallaba en la zona en el momento del incidente.
Entre los compañeros del operario cesado por Albada destaca la presencia del presidente del comité de la empresa, José Manuel Vilariño, que exigió la readmisión de Fernando Balay en la empresa.
“Montamos outro campamento de indignados, pero contra a patronal que despediu de forma inxustificada e totalmente falseada a un membro do comité sindical. Por iso acamparemos neste espazo ate que Albada o readmita”, apuntó Vilariño.

Apoyo > Balay continúa resistiendo en su tienda campaña gracias entre otras cosas, al apoyo que le han mostrado durante estos días decenas de compañeros. Cada uno de los camiones que iban cargados de residuos urbanos y que hacían entrada en la planta pitaban a Balay en una forma simbólica de mostrar su disconformidad con el despido.
Desde los sindicatos señalan que la decisión de despedir a Balay responde a una medida de presión  contra el comité ante la huelga que han convocado los trabajadores y que está previsto que dé comienzo el próximo día 10 de julio sobre las 21.00 horas. La negociación del convenio colectivo está paralizada, aunque la empresa ofrecerá hasta el último momento prorrogar el anterior convenio, una opción que los empleados ya han advertido que rechazarán  frontalmente.
Vilariño sostiene que la patronal no está abogando por el diálogo a pesar de la convocatoria de huelga y de las concentraciones que están llevando a cabo cada semana los empleados de Nostián.  Asegura que la postura de la compañía es inamovible lo que les ha obligado a tomar medidas de presión de forma indefinida. Entre ellas destacan las movilizaciones que tendrán lugar los días 8 y 9 de julio en la entrada de la central, como antesala del paro general, y que estarán en la zona anexa a la acampada que están protagonizando los operarios para demandar la readmisión de Balay.


 

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