El visitante puede disfrutar de un fondo con 170 piezas

  Más allá de lo contemporáneo, el museo quiere abarcar también lo tradicional para meterlo todo en el mismo saco. Los fondos de la Fundación Torre-Pujales hablan de 170 piezas entre pinturas, grabados, esculturas e instalaciones con estructuras del propio edificio que son arte como la escalera que fue construida peldaño a peldaño por el herrero Cándido Cancela para descender por ella hasta firmas de la talla de Saura o David Lechuga, del que tienen una obra muy espectacular titulada “Mariscadora”.
Son muchos los autores que se inspiran en este trozo de tierra. Encarnación explica que entre el tumulto se puede ver uno de los corsés de Rosalía de Castro versionado en mármol de Carrara o la transformación a la que somete la italiana Maximina Pesce la cerámica de Buño. Frente a esto, descansa la obra de Pujales. De cómo empieza deteniéndose en el paisaje y avanza con libertad hacia la abstracción.
En un paseo por su evolución que no pasa por alto los montajes de collage que el artista creó a partir de sus obras. Para dedicarle la segunda planta al paisaje y engarzarlo con una buena muestra de escultura contemporánea. Además de la acuarela de color, donde destaca el verde por encima de todo.
Es así como la localidad de Corme amplía su visión.
Lo hace por medio de viejos y nuevos pinceles que  tienen algo que decir en medio de una costa que es fuente de inspiración para todo el que pasa. Lejos de los centros sobre el mar y el encaje, lo contemporáneo encuentra cobijo en la provincia para alargar sus tentáculos y no limitarse tan solo a las ciudades.

El visitante puede disfrutar de un fondo con 170 piezas

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