Banesco tendrá que afrontar varios retos con la compra de Novagalicia

Banesco tendrá que afrontar varios retos con la compra de Novagalicia
GRA170. A CORUÑA, 20/12/2013.- El presidente de Banesco, Juan Carlos Escotet (2i), acompañado por el presidente del Banco Etcheverría, Javier Etcheverría (i) y su consejero delegado Francisco Botas (2d), los que serán re

El que será consejero delegado de la nueva entidad tras la compra de Novagalicia, Francisco Botas, es un especialista en tesorería y mercados de capitales, área que aprendió en su etapa en Inditex de la mano de Borja de la Cierva y también del propio José María Castellano.
Cuando Banesco aterrizó en el Etcheverría, el año pasado, Botas ya ocupaba la primera línea ejecutiva. Vinculado profesionalmente desde hace años a la entidad betanceira, y previamente a la propia familia fundadora (es yerno de Javier Etcheverría, el presidente), Botas tiene ahora ante sí un proyecto titánico, que requerirá de prioridades, según “Economía Digital”.
Entre sesenta y noventa días es el plazo anunciado para el proceso de fusión tras la firma de la adjudicación por el presidente, Juan Carlos Escotet. Será una absorción de Novagalicia por el Etcheverría. Queda por firmar ahora el cierre del año para la entidad nacionalizada, con su balance, su cuenta de resultados y su informe de auditoría.
De ello se encargará José María Castellano, ya que son los estados financieros que se derivan de su gestión. En esas cuentas deben reflejarse las provisiones adicionales que apuntó el FROB tras la firma de la adjudicación, unos 1.000 millones de euros derivados de quebrantos. La previsión inicial es que en marzo esté todo listo. Escotet también deberá armar un nuevo consejo de administración.
Cuando Banesco lo compró, el Etcheverría sumaba 152 empleados, a los que hay que añadir los integrados con la adquisición posterior de la red de la propia NCG. La plantilla de Novagalicia ascendía a septiembre a 5.037 trabajadores. Más allá de esta abultada diferencia, Botas tendrá que conformar un equipo de primer y segundo nivel, sobre los que ya tiene una opinión formada a lo largo de los últimos años. Con las salidas de César González Bueno y Castellano, el primer ejecutivo ahora es Juan Díaz Arnau, director general.
Las desinversiones se acelerarán. Y serán tanto de la cartera industrial, en lo que se conoce como la corporación empresarial, como de la cartera de fallidos, para la que ya se busca comprador entre fondos extranjeros.
El principal problema de acelerar las desinversiones es que se pueden cerrar operaciones con minusvalías, que durante los dos últimos años los ejecutivos de NCG intentaron evitar.
Se da por descontado que la Unidad de Gestión de Activos Singulares (UGAS), el banco malo de NCG tras el traspaso de sus activos más problemáticos a la Sareb, será otra pata a enajenar. Cuando el FROB paralizó la venta, NCG Banco estaba en negociaciones con tres inversores para desprenderse de UGAS.

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