El exmarido de la asesina confesa de Carrasco admite la inquina que Montserrat sentía hacia la víctima

El exmarido de la asesina confesa de Carrasco admite la inquina que Montserrat sentía hacia la víctima
28/01/2016 El inspector de Policía Pablo Antonio Martínez, marido y padre de dos de las acusadas del asesinato de Isabel Carrasco, Montserrat González y Triana Martínez POLITICA EUROPA ESPAÑA JUSTICIA POOL

El excomisario de Astorga, Pablo Antonio Martínez, marido de la autora confesa de la muerte de Isabel Carrasco, Montserrat González, y padre de otra de las implicadas, Triana Martínez, reconoció que era consciente de la “inquina” que ambas sentían por la que fuera presidenta de la Diputación de León.
“Ellas le tenían inquina porque estaba perjudicando a mi hija. Le hizo mucho daño”, reconoció Martínez, quien explicó que él era consciente de esa animadversión de su mujer y su hija por Carrasco, aunque no intentó apaciguar la situación.
Pablo Antonio Martínez declaró en el transcurso de la vista por el asesinato de Isabel Carrasco que se desarrolla en la Audiencia Provincial de León y que sienta en el banquillo a la autora confesa del crimen, a su hija, y a la policía local Raquel Gago.
El excomisario dijo que era consciente por “comentarios y cosas que había visto” que Isabel Carrasco estaba perjudicando a su hija en el ámbito laboral y también en sus aspiraciones políticas. “Sabía que la mano negra era la difunta presidenta”.
Además, explicó que conocía a Isabel Carrasco de actos públicos y cenas debido a su cargo y que su relación con ella no era “ni buena ni mala, era de cortesía” y que aunque sabía que estaba “perjudicando” a su hija, a la que estaba haciendo “mucho daño”, no intentó hablar con ella.
Ese presunto acoso provocó, según este testigo, que Triana estuviera “hundida física y moralmente”. “Pensaba que iba a cometer algún tipo de locura. Estaba muy preocupado, perdió más de 20 kilos”, añadió.
Sobre cuándo le comunicaron que su hija y su mujer estaban implicadas en el crimen reconoció que sufrió una “especie de shock” y que lo primero que hizo fue mirar de forma instintiva al armario en el que guarda su arma reglamentaria, bajo llave, y comprobó que estaba ahí.
Los comisarios de Ponferrada y San Andrés habían acudido a hablar con él tras conocer lo ocurrido, añadió, y le preguntaron por la pistola. “Se la entregué, no fuera a hacer yo una locura”, reconoció.
En cuanto a la relación que mantenía con su mujer y su hija, el excomisario indicó que “le hacían poco caso” y que en muchas cuestiones, como por ejemplo en relación a la pareja de Triana, no le contaban “nada”. Él y su mujer vivían en Astorga hasta que su hija perdió el trabajo en la Diputación de León y, a partir de ese momento, pasaba largas temporadas en León para estar con su hija, que estaba “hundida”.
Además, comentó que su mujer Montserrat estaba “fuera quicio” y “muy alterada” desde la salida de su hija de la Institución Provincial, pero que no habló con ella de la situación ni de si se estaba tratando con algún médico o psicólogo.

hermano de raquel gago
También prestó declaración ayer el hermano de Raquel Gago, Carlos Gago, quien explicó que la relación de su hermana con Triana era “de buenas amigas” y que “quedaban de vez en cuando”, pero que tampoco se trataba de una amistad íntima, sino que era “igual que con otras amigas”.
Además, relató que coincidió con Triana en una cena y que no le comentó su inquina hacia Isabel Carrasco. “Estaba molesta porque estaba en paro y preocupada”, aseguró.
Carlos explicó que Raquel sufre “situaciones de bloqueo en situaciones de estrés”, algo que le ha ocurrido en alguna ocasión.

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