En la lucha por el ahorro en la que están inmersos todos los ayuntamientos, el papel resulta un gasto superfluo y con él, los archivadores. El alcalde, Ernesto Anido, anunciaba ya en enero que la Casa da Cultura Pintor Llorens con el ahorro en impresiones, papel y envíos postales. El simple hecho de no enviar a través del correo ordinario la programación
cultural que se elabora meses, algo que se venía haciendo hasta ahora y que el ejecutivo local ha optado por suprimir. Las nuevas tecnologías, como el uso del correo electrónico, han hecho que, en muchos casos, el papel resulte obsoleto.