“Trabajamos con cultivos de algas que actúan como biofiltro”

“Trabajamos con cultivos de algas que actúan como biofiltro”
QUINTANA. ENTREVISTA EN FACULTAD DE CIENCIAS

El catedrático e investigador Rodolfo Barreiro Lozano coordina el grupo de investigación de Biología Costera de la Universidad de A Coruña.

El suyo es uno de los grupos de investigación más longevos de la Universidad.
Sí, empezamos en el año 1995, 1996. Nos hemos ido ampliando con el tiempo. 

¿Cuáles son las líneas de trabajo más destacadas?
Estudiamos organismos costeros, tanto marinos como terrestres, y tenemos un enfoque botánico y otro ecológico. En ecología, durante muchos años hemos estado haciendo investigaciones relacionadas con la contaminación marina, y desde hace una década hacemos estudios en los que utilizamos herramientas moleculares para hacer estudios de genética, conectividad de poblaciones... Principalmente de especies protegidas o invasoras. Últimamente trabajamos con la uña de gato.

¿Y en el apartado botánico?
Una parte de la gente se dedica a la identificación y catalogación de todas las especies de algas que hay en el litoral gallego. Es una catalogación muy exhaustiva, más que en otras partes de España.
También estudian recursos con un interés industrial.
El cultivo de algas. Se trabaja en integrar los cultivos con la acuicultura de otras especies para que las algas también tengan un efecto positivo sobre el medio ambiente. Las algas actúan como un biofiltro vivo al lado de los cultivos de jaulas de peces que reduce las emisiones de residuos del metabolismo de estos. Luego las algas se reciclan y sirven para fabricar pienso.

¿Qué es la biomonitorización?
Se trata de hacer un seguimiento de la calidad del medio ambiente. Llevamos desde el año 96 haciendo un seguimiento de la contaminación costera marina y en concreto de un contaminante bastante tóxico, el tributilo de estaño. Antes lo llevaban las pinturas antiincrustantes. Una de las cosas que hace es masculinizar especies de caracoles marinos, les cambia el sexo a las hembras. Desde el 96, cada dos o tres años, miramos el grado de incidencia de esa masculinización desde una serie de estaciones de muestreo en la costa gallega. Eso nos sirve como biomonitor de lo contaminada que está el agua.

¿Cómo estudian la conectividad de poblaciones?
Eso es en qué medida diferentes poblaciones intercambian individuos entre sí. Si hay mucho movimiento de individuos es factible que una población dada se recupere de manera natural tras un descenso provocado natural o provocado. Nosotros trabajamos mucho con plantas, donde el intercambio es mediante semillas, y no es fácil seguirlas. Lo inferimos de manera más indirecta utilizando marcadores moleculares, para determinar en qué medida un individuo pertenece a una población.

¿Trabajan solo en Galicia?
La investigación se hace con colaboración internacional. Tenemos personas que estuvieron o están en el Reino Unido, Nueva Zelanda, Francia,  Alemania... Muchas veces, cuando publicamos datos, lo hacemos en colaboración con otros países.

¿Qué proyectos están empezando ahora mismo?
Estamos colaborando con el Instituto de Investigaciones Mariñas de Vigo, para reintroducir los caballitos de mar en las islas Cíes. Hacemos trabajo de campo, para el que disponemos de embarcaciones, y también tenemos laboratorios en la Universidad.

“Trabajamos con cultivos de algas que actúan como biofiltro”

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