Fue un 20 de agosto de 1975 cuando se inauguró de manera oficial la estación de autobuses, una infraestructura que llamó la atención en su momento, tanto por su propia forma y distribución, como por su ubicación en una A Coruña a medio desarrollo en la cual esta obra no causaba problemas de tráfico añadidos. 45 años después, está a la espera de su traslado junto a la estación de tren, en la futura intermodal, para saber a qué fin se destinarán estos terrenos.
En sus orígenes, en el edificio de la estación, además de taquillas, consignas, facturación y locales del personal, había también espacio para dependencias policiales, de Correos, farmacia, cafetería e incluso peluquería. En la actualidad, alberga la sala de control del tráfico de la ciudad, los servicios municipales de Mobilidade y Rehabilitación e Vivenda y una de las oficinas para la gestión de la tarjeta Milennium.
Futuro
El futuro de este espacio todavía se tiene que dilucidar. Hasta que no se finalicen los trabajos de la intermodal, los autobuses seguirán prestando servicio aquí hasta su traslado. El Ayuntamiento y la Xunta negociarán entonces quien es el dueño de los terrenos y qué hacer en ellos.
El Ayuntamiento ponía ayer de relevancia que la estación cuenta con un total de 243.678 autobuses al año (120.779 salidas y 122.899 llegadas).
Echando mano de la publicación “Informes de la Construcción” de junio de 1976, recogida por el CSIC, se relata en ella la capacidad de la infraestructura un año después de su inauguración. “Hoy día el movimiento diario de autobuses es de 996”, se extrae del artículo, por lo que el volumen anual era de 363.000, 120.000 más que en la actualidad. Para ponerlo aun más en valor, el volumen diario de pasajeros era de 24.962, lo que resultaba en más de 9.000.000 de viajeros anuales.
Los datos que se utilizaban en su momento en el proyecto de creación estimaban que los servicios diarios serían poco más de 860, pero que la infraestructura sería capaz de absorber el doble. Esto indicaba que en los cálculos iniciales se estimaba una media anual de 7.500.000 viajeros y que el pico podría llegar a ser de 12.600.000, por lo que la capacidad máxima era de 25.000.000. l