Las nubes registradas a última hora de la tarde salvan un primer domingo de rebajas tranquilo

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  redacción > a coruña

   El cambio de tiempo trastocó los planes de muchos coruñeses que ayer tenían pensado pasar un día de compras ante las previsiones de mal tiempo, pero el sol salió al mediodía y con él la mayoría de vecinos apostaron por dirigirse a los arenales del centro y la comarca. Mientras, en los centros comerciales los protagonistas eran las personas residentes fuera de la ciudad e incluso de la provincia que viajaban a A Coruña para aprovechar el primer domingo de rebajas.
Así, fueron las nubes de última hora las que salvaron este día de compras ya que muchos, tuvieron ánimo de ir de tiendas tras una jornada de playa. De hecho, se podía ver compradores con bañadores y bolsas con toallas. Prueba de ello son declaraciones como las de Lúa María Torreiro, de la tienda Lala Shangai, que aseguraba que el día de ayer había sido mejor que el del sábado.
Según la mayoría de dependientas encuestadas al mediodía, fue entre las once y las doce cuando se registró mayor afluencia de clientes. “A las once abrí y a y cinco ya tenía gente, pero por la tarde no creo que venga nadie”, afirman en una zapatería del entorno de Cuatro Caminos. Algo que corrobora la comerciante Merce Coira: “La gente madrugó para así poder ir también a la playa”.
Pero poco a poco los establecimientos se fueron vaciando a medida que se llenaban las arenales. Otras personas aluden también a otro factor, el partido de Rafa Nadal. Es el caso de Luz María Galeano, a la que la acompañó de compras su marido hasta el inicio del tenis. Galeano llegó en torno a la una a uno de los centros comerciales de la ciudad y se mostraba encantada de, a la hora de comer, contar de todo el espacio para ella. “Sin esperar filas para pagar, sin agobios”, resalta.
La misma satisfacción sentía Gloria Sanmartín, a quien no le gusta la playa y prefirió acompañar a su prima luguesa de rebajas. También de Lugo son David Pereira y su novia Isabel que vinieron a pasar el fin de semana a la ciudad y decidieron disfrutar de la playa el sábado y de las compras el domingo. Y es que fueron precisamente las personas de fuera de la ciudad las que apostaron por las grandes superficies de A Coruña, ante las previsiones de mal tiempo.
En cambio, entornos comerciales al aire libre como la calle Real o la plaza de Lugo comenzaron a llenarse al caer la tarde por vecinos de la ciudad.
Parece que los peor parados son los hosteleros instalados en las grandes áreas ya que prácticamente nadie comió en ellas. “Quiero pensar que es el tiempo, pero la crisis influye”, afirmaba una camarera.
Por tanto, la jornada de ayer se podría resumir con la frase de   la dependienta Verónica Couto: “En Coruña, en cuanto salen dos rayos de sol, se va la playa”.


 

Las nubes registradas a última hora de la tarde salvan un primer domingo de rebajas tranquilo

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