Los policías que arrestaron al presunto parricida declaran que él sí sabía donde se encontraba su hijo

Los policías que arrestaron al presunto parricida declaran que él sí sabía donde se encontraba su hijo
La actual pareja de la madre declaró ayer en el juicio | quintana

Los dos agentes de la Policía Nacional que participaron en el arresto de Marcos M., acusado de haber matado a su hijo de once años en Oza-Cesuras, en mayo de 2017, declararon ayer que el presunto parricida sí sabía dónde se encontraba el pequeño.
Marcos M. declaró el pasado lunes que no era consciente de haber cometido el crimen porque, dijo, “ese fin de semana empezó el viernes y terminó para mí el viernes”.
A preguntas de la Fiscalía, en el juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial, ambos agentes coincidieron en que el acusado, en una primera declaración en Comisaría, les hizo referencia a la posibilidad de que el pequeño Javier estuviese en el municipio de Oza.
“Él nos indicó por dónde teníamos que ir. Llegamos a una zona de monte tras andar casi media hora, después se quedó parado; a unos treinta metros encontramos al niño sin vida”, dijo uno de los policías.
Asimismo, hubo coincidiencia en que el acusado se mostró “frío y tranquilo” cuando fue arrestado el día 8. Un comportamiento que mantuvo al declarar, más tarde, en Comisaría.

Sin síntomas de delirio
También descartaron que se encontrase bajo los efectos del alcohol o con síntomas de delirio, como se apuntó el lunes como una hipotética causa de lo sucedido a un posible brote de su enfermedad. Cabe recordar que el letrado de la defensa alegó que Marcos M. tiene diagnosticadas siete enfermedades psíquicas y una diabetes.
Los agentes insistieron en que las capacidades psicológicas del arrestado eran buenas y que el personal del 061 que lo atendió poco después de su detención descartó que fuese preciso ingresarlo “porque lo veían bien”.
Zona de eucaliptos
Los policías ofrecieron detalles del lugar en el que hallaron el cuerpo sin vida del pequeño. Dijeron que se trataba de una zona de eucaliptos, alejada de lugares habitados con pistas sinuosas y sin luz, por lo que se vieron obligados a utilizar linternas.
Además, afirmaron que se encontraron con restos de “tentativa de excavación”, aunque el cuerpo del niño lo hallaron apoyado en un árbol y con heridas en ambos lados de la cabeza provocadas por una pala a la que, en la sala de audiencias, identificaron como la que estaba en el lugar.
Trabajadores del hostal
Con anterioridad a la declaración de los agentes policiales, testificaron cuatro de las personas que trabajan en el hostal donde fue detenido el acusado.
Todos confirmaron que Marcos M. tuvo un comportamiento totalmente normal durante las jornadas en las que permaneció hospedado en este establecimiento situado en el Paseo Marítimo coruñés, en las inmediaciones del templo religioso de las Esclavas.
Tan solo uno de ellos aseguró haberse percatado de que “le temblaba el pulso” pero indicó que tampoco le dio mayor importancia, puesto que en su conducta no apreciaba nada especialmente anormal. l

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