La puesta en funcionamiento de la Autovía da Costa da Morte marcará un antes y un después para sus comarcas en materia de vertebración viaria y atracción de riqueza, además de saldar la deuda histórica que en este apartado había con la zona. Así de contundente se mostró el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo durante la visita que realizó ayer a las obras y en la que estuvo acompañado por la conselleira de Infraestruturas e Vivenda, Ethel Vázquez; el delegado territorial de la Xunta, Diego Calvo; los alcaldes de Bergantiños y Soneira (faltó el de Zas por estar de vacaciones y la representación del Concello corrió a cargo del teniente de alcalde Óscar Romero Lema); y los diputados populares Aurelio Núñez y Ambrosio Oróns, y el socialista Ricardo García Mira.
Tanto los representantes políticos como los medios de prensa recorrieron en autobús el tramo de la autovía comprendido entre el enlace de Baio Norte y las inmediaciones del enlace de Agualada, en el municipio de Coristanco, aunque el acto protocolario tuvo lugar en el enclave cabanés de O Rempenín. En todo ese tramo los trabajos están muy adelantados, al punto de que ya dispone de cuatro de las cinco capas de aglomerado, cuyo espesor final será de 70 centímetros. La última, la de rodadura, se echará cuando la obra esté llegando a su fin, algo que ocurrirá en verano según reafirmó el presidente del Gobierno gallego, que fijó el actual nivel de ejecución en el 80 por ciento.
En la mayor parte de los 25,5 kilómetros de autovía (a los que hay que añadir los 2,2 km. de la variante de corredor,– lista para un futuro desdoblamiento–, que discurre entre los enlaces de Baio Norte y Santa Irene), ya se ha colocado la mediana entre los dos sentidos de la circulación. Para circular en cada uno de esos sentidos se disponen dos carriles de 3,5 metros de ancho, a los que hay que añadir arcenes exteriores de 2,5 metros y otros interiores de metro y medio, completando de esta forma un ancho de plataforma de 24 metros.
De los 8 enlaces que se contemplan en el proyecto, el más atrasado es el de Carballo (conexión con la AG-55), en donde los trabajos se prolongarán prácticamente hasta el final de las obras. Técnicamente complejo resultó asimismo el de Baio Este debido a la gran cantidad de roca que hubo que retirar. Ahora mismo ya se está procediendo a aglomerar sus distintos ramales de conexión con la AC-552. De igual forma, se continúa trabajando en los dos enlaces del municipio de Coristanco, los de Agualada (en su fase final) y San Paio (más retrasado). Los técnicos destacan que, por término medio, cada enlace dista menos de 3 kilómetros del siguiente, cuando lo habitual en este tipo de infraestructuras es colocarlos cada 5.000 metros.
El presidente de la Xunta resaltó precisamente en su intervención que la Autovía da Costa da Morte (AG-14) contribuirá a hacer de estas comarcas un lugar más vertebrado, más competitivo y más atractivo para invertir y para vivir. “A infraestrutura que leva tantos anos sendo pouco máis que palabras tornouse, por fin, nun feito real e hoxe, co 80% das obras executadas, podemos asegurar que o vindeiro verán se abrirá o tráfico. Imos entregar un país máis vertebrado, máis competitivo e máis preparado para investir e para vivir”, declaró Núñez Feijóo. El titular del Gobierno autonómico se mostró convencido de que la autovía transformará las comunicaciones de una comarca con la que había una deuda histórica a nivel de infraestructuras viarias y que pronto verá como “o fluxo de mercadurías e de inversión chegan ata o corazón da Costa da Morte”.
También valoró el que se hubiese ejecutado en plena rescisión económica, asegurando que entre 2009 y 2016 la red gallega de vías de altas prestaciones se incrementó en un 67% con 207 nuevos kilómetros.
Para Feijóo tres razones explican que el proyecto saliese adelante en plena crisis: “Foi posible grazas á vontade dos veciños, que non deixaron de reivindicar a autovía; grazas tamén á tenacidade dos técnicos das infraestruturas da Xunta e a coordinación coa concesionaria, que permitiron solventar atrancos como a falta de financiación do sistema bancario español; e grazas á vontade dos alcaldes e do Goberno galego”, dijo.
En el acto protocolario también intervino el alcalde de Cabana, José Muiño, quien agradeció el esfuerzo de la Xunta por ejecutar la obra “nunha época de dificultades”. Muiño abogó porque la nueva vía de comunicación “se convirta nunha nova vía de oportunidades” e incidió en a necesidad de aprovechar la obra para aunar esfuerzos y frenar la sangría poblacional que está sufriendo la Costa da Morte.