El río Mandeo es un edén para los murciélagos

El río Mandeo es un edén para los murciélagos
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La casi reciente declaración de las comarcas de A Coruña y de Betanzos como Reserva de la Biosfera, por parte de la Unesco, indica que esta zona de la provincia más nororiental de la piel de toro algo tendrá. Pocas veces mejor traído aquello de “si bendicen el agua...”.
Pero, y sin ánimo de caer en la pedantería, lo que no todo el mundo, quizás, sabe es que este territorio supone un auténtico edén para el único animal que, con capacidad para volar, precisa de las mamas de una hembra, habitualmente madre, para nutrirse: el murciélago.
Del menos conocido como “quiróptero” se sabe que existen treinta especies identificadas en toda la península ibérica, de las cuales veinticuatro están presentes en Galicia y varias de ellas en el entorno del río Mandeo.
Según los expertos, el agua, el refugio seguro y la comida en abundancia hacen de este cauce fluvial, que discurre por los municipios de Sobrado dos Monxes, Aranga, Curtis, Irixoa, Coirós, Paderne y Betanzos, un hábitat idóneo para la presencia de estos animales.
Animales que tienen un papel ecológico vital como polinizadores, al tiempo que desarrollan un importante papel en la dispersión de semillas. Muchas plantas tropicales dependen por completo de los murciélagos. Cerca de un 70 por ciento de las especies son insectívoras y la mayor parte del resto frugívoras; algunas se alimentan de pequeños vertebrados como ranas, roedores, aves, peces, otros murciélagos o, como en el caso de los afamados vampiros (subfamilia Desmodontinae), de sangre.

ceida
La importancia de este tipo de animales, cuya fama se ha visto grandemente perjudicada por la literatura, en primer lugar, y por el cine, más recientemente, incluso ha provocado la realización de diversos estudios.
Uno de los últimos fue el que se desarrolló en el castillo oleirense de Santa Cruz. En la sede del Centro de Extensión Universitaria e Divulgación Ambiental de Galicia (Ceida), decenas de profesionales relacionados con los ámbitos de la fauna y la flora se dieron cita para analizar el comportamiento y las costumbres de estos roedores.
El objetivo de este encuentro era uno muy claro: contribuir a la conservación de un animal que contribuye a la preservación del medio ambiente. n

El río Mandeo es un edén para los murciélagos

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