Urbanismo analizará uno por uno los casos de los expropiados del Ofimático

El Ayuntamiento estudiará la situación de los expropiados del Parque Ofimático caso por caso, priorizando los más urgentes. Esa es la promesa que les ha hecho el alcalde, Carlos Negreira, a los afectados que ayer se reunieron con él y con el responsable de Urbanismo, Martín Fernández Prado, en el palacio municipal. Según los propios interesados, los primeros en ser atendidos serán las cinco familias que recibieron las órdenes judiciales exigiendo el desalojo de sus viviendas. “Nos han dicho que comenzarán a llamarnos hoy mismo”, comentaron.
Negreira también les explicó que el plazo para cumplir la orden de desalojo, de quince días, no significa que serán expulsados de sus viviendas en dos semanas porque el juez todavía podría tardar varios meses en emitir la orden de lanzamiento. “Eso nos ha tranquilizado mucho, porque significa que no nos tendremos que ir de nuestras casas de un día para otro”, destacó uno de los afectados.
Así que, por el momento, los residentes del Parque Ofimático están más tranquilos y reconocen la necesidad de un estudio pormenorizado de cada caso: “Porque entre nosotros hay de todo”. Aunque la mayoría son pensionistas con escaso poder adquisitivo, otros sí tienen medios para buscar un nuevo hogar, aunque eso tampoco significa que no les perjudique la construcción del Parque Ofimático porque, al negarse a vender la propiedad, fueron convertidos automáticamente en promotores y obligados a invertir sus indemnizaciones en las cuotas de urbanización.

antecedentes
No es la primera vez que los afectados del Ofimático se reúnen con los representantes municipales, aunque sí es la primera ocasión en la que está presente el alcalde. Ya a principios de año se habían reunido con Prado, con el que habían alcanzado un principio de acuerdo por el que intercambiarían sus terrenos por una vivienda, pero al final, el Ayuntamiento retiró su oferta.
Sin embargo, una de sus residentes, una mujer discapacitada psíquica, sí la aceptó, de manera que se trasladó a una vivienda municipal durante el tiempo que tardaran en llevarse a cabo las obras. El resto de los expropiados, sin embargo, se negaron a hacer lo mismo alegando que, cuando el Parque Ofimático estuviera terminado, se encontrarían igual: con un terreno vacío y sin dinero para construir.
El fracaso en las negociaciones les llevó a aumentar sus protestas y a organizar su primera manifestación el pasado viernes. Pero en esta ocasión tienen más razones para sentirse optimistas. Para empezar, les han pedido que acudan a las reuniones con su representante legal, lo que interpretan como disposición a llegar a un trato vinculante.