Loureda rinde un homenaje a los abuelos en el pazo de Atín

La parroquia de Loureda celebró ayer por vez primera el Día de los Abuelos, en el pazo de Atín. Aunque la efeméride es el 26 de julio, el párroco, Manuel Blanco, explica que decidieron posponer la cita porque “coincidía con las fiestas de Santiago de Arteixo” y al fin de semana siguiente, eran los festejos de Suevos.
El año pasado, los propietarios del pazo de Atín accedieron a abrir la capilla para celebrar San Vicente, después de cincuenta años. La buena relación entre la familia y el cura de la parroquia hizo posible que el homenaje a los abuelos se realizase en este entorno. En aquel momento, la actual propietaria, María Paz Gómez Vázquez, apuntaba que la intención era que la capilla se abriese por San Vicente y se celebrasen dos o tres misas durante el verano.
“La capilla tiene una imagen de Santa Ana y la iglesia de Loureda, no”, apunta Blanco, y es que los patrones de los que ya tienen nietos son la citada Santa Ana y San Joaquín.

Programa 
Así que, la festividad comenzó con una misa en la capilla del pazo, para, a continuación, proceder a una pequeña procesión. Terminados los actos religiosos, llegó el momento de disfrutar de una agradable velada en el jardín de este inmueble señorial.
“Este tipo de fiestas arrastra mucha gente, porque acuden los hijos y los nietos, ya lo vimos en Morás”, subraya Blanco (párroco también de Santo Estevo). Atendiendo a sus palabras, no es de extrañar que alrededor de medio centenar de personas se acercaron hasta el pazo de Atín y buena parte de ellas colaboraron con la causa a base de recetas gastronómicas, como indica el cura de la parroquia. 
Los vecinos de Loureda y de Morás aportaron para la merienda lo que cada uno consideró oportuno. Las tortillas y empanadas se repartieron sobre las mesas ubicadas para la ocasión, en donde solo había que pagar la bebida.
Como en toda celebración que se preste, en Atín no faltó la música. En esta ocasión, los encargados de las corcheas fue el Dúo Omega “que es de Loureda”, indica Blanco.  Además, se da la circunstancia de que “Manolo y Manola también son abuelos y contribuyen a la fiesta”.