El Depor se deja ir en superioridad

El Depor se deja  ir en superioridad

El Deportivo estrenó su casillero de puntos con un empate a domicilio ante un recién ascendido a Primera División, el Levante, que ha dejado un sabor amargo en la plantilla antes del primer parón del campeonato, al que llega sin haber ganado y en las posiciones bajas de la clasificación. 
A pesar de su escaso fútbol, pudo llevarse los tres puntos del Ciutat de València. Llegó a tener dos goles de ventaja con solo dos disparos a puerta (hizo tres en total), encajó el primero antes del descanso y el segundo cayó con un penalti inexistente en los últimos minutos del partido, en los que el Deportivo tenía superioridad de efectivos por la expulsión de Morales.
Mel dio continuidad al once que presentó ante el Real Madrid y solo incluyó en la alineación un cambio, el esperado de Çolak por Borges. Guilherme y Mosquera formaron en el doble pivote, con el turco en las labores de enganche. El ataque, en manos de los ‘locos bajitos’ del Depor (Cartabia-Çolak-Bakkali) y el bregador Florin Andone.
Que el Ciutat de València se había convertido en un estadio talismán para el Deportivo no tardó en quedar patente en el encuentro. Los blanquiazules se presentaron allí tras haber puntuado en sus cinco anteriores visitas ligueras (tres victorias y dos empates) y cuatro minutos le bastaron para llegar, ver y marcar. El 0-1 cayó en el primera aproximación al área rival. Luisinho sacó la rosca para colocar el balón al área, Bakkali la tocó como pudo, de espuela, Andone, queriendo o sin querer, se la dejó de cara a Cartabia y el argentino metió la zurda a la derecha de Raúl Fernández. Inalcanzable.
El Levante, herido en el orgullo y con la autoestima por las nubes, abordó al Deportivo. Segundos después del gol visitante, Rubén, en su vuelta al Ciutat de València, disipó las dudas que había dejado ante el Real Madrid. La confianza que se pierde cuando el entrenador pide que se refuerce la portería se recupera con ese tipo de intervenciones. 
A partir de ese momento, la retaguardia del Deportivo se convirtió en un futbolín. Todos los intentos del Levante, que fueron muchos, murieron en el cuerpo de los defensas blanquiazules y las carambolas y rechazos, por una vez, beneficiaron a los herculinos. Bueno, no a todos. A Jason Remeseiro, coruñés que viste de granota y que estuvo en la agenda del Depor, la suerte no le acompañó. Fue un incordio para la zaga, pero sus intentos por cambiar el marcador no prosperaron. 
Campaña le dio la réplica y a punto estuvo de encontrar la escuadra con un zurriagazo que armó desde la frontal tras superar la oposición de Mosquera, que se precipitó en ir al suelo. El Deportivo estaba embotellado. Lerma, de cabeza, volvió a asustar a los blanquiazules en un saque de esquina y Rubén se empleó a fondo de nuevo para sacar con la manopla derecha otro disparo de Jason.
Si casi milagroso era que el Levante no hubiera empatado, más aún fue que el Deportivo, en su segunda llegada, anotara otro tanto. Çolak ejecutó el saque de esquina que Sidnei cabeceó en el segundo palo, mal marcado por Campaña.
Efectividad máxima de los de Pepe Mel después de haber dilapidado numerosas ocasiones  (incluido un penalti) en el primer partido de la temporada.  

Ventaja perdida
El Deportivo sabía que las faltas en la frontal podían salirle muy caras. El macedonio Bardhi era la amenaza de los levantinistas a balón parado. Soltó el látigo y el esférico se coló por la escuadra de la portería de Rubén. Lanzamiento impecable, parada (casi) imposible y el Levante que veía algo de luz en el partido.
El dominio de los locales se mantuvo tras el paso por los vestuarios. Solo la falta de puntería de los valencianos permitió al Deportivo seguir en ventaja. Morales, libre de marca, perdonó a los 53 minutos con un disparo que se marchó fuera por tratar de ajustarlo demasiado. Juanfran le había dado vía libre.
El colegiado más joven de Primera, Alberola Rojas, empezó a convertirse en protagonista. Malo para el fútbol. Ahorró llevarse la mano al bolsillo para amonestar al Levante. Mientras, Mel trataba de refrescar el ataque blanquiazul para cambiar el guion con la entrada de Borges y de Adrián. Los dos tuvieron opciones de marcar el gol de la tranquilidad. No lo lograron, pero, por fortuna, Rubén seguía con un recital de intervenciones salvadoras. 
El Deportivo respiró cuando Morales, en un lapso de ocho minutos, fue expulsado por doble amarilla. Pero ni así supo amarrar el resultado. Campaña le avisó con un disparo al poste segundos antes de que Alberola Rojas se inventara un penalti de Juanfran a Ivi. El exsevillista lo transformó. Castigo justo y sabor amargo para el Depor. l

El Depor se deja ir en superioridad

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