El humo de un pebetero estuvo a punto de causar dos muertes en un piso de Almirante Mourelle

El humo de un pebetero estuvo a punto de causar dos muertes en un piso de Almirante Mourelle
El incendio de un bajo en la calle de Rodrigo Alfredo de Santiago obligó a a evacuar a un nonagenario | quintana

“Fue muy peligroso, podían haber muerto ambos”, señalaron fuentes de los servicios de emergencia al hablar del incendio que se declaró pasadas las dos de la madrugada en un bajo del número 66 de la calle del Almirante Mourelle, en el Agra do Orzán.
Dos hombres de nacionalidad senegalesa resultaron intoxicados por el humo de un pebetero de carbón vegetal y podían haber muerto asfixiados de no ser por que otras dos personas que también se encontraban en la casa se dieron cuenta de lo que ocurría. Los dos hombres intoxicados acabaron en el Hospital pero están fuera de peligro.

Al parecer, habían dejado el cuenco ardiendo con una mezcla de carbón vegetal e incienso para que aromatizara la casa pero, debido al frío reinante ayer, los senegaleses también cerraron puertas y ventanas antes de echarse a dormir, lo que fue un error que le podía haber costado muy caro. “La quema de carbón consume mucho oxígeno, y no entraba aire en la habitación”, señalaron.
Lo único que evitó la tragedia fue que en la vivienda se encontraron otras dos personas que se percataron de lo que estaba ocurriendo, porque estaban despiertos y pudieron darse cuenta de que el ambiente enrarecido les provocaba jaquecas, así que despertaron a sus compañeros, que estaban mareados pero conscientes.. También alertaron a los servicios de emergencia pero, cuando los bomberos acudieron, la situación estaba bajo control: el explosímetro detectó atmósfera contaminada, así que ventilaron la casa mientras que los dos intoxicados fueron trasladados por el 061 al Complejo Hospitalario Universitario.

En llamas
La segunda emergencia tuvo lugar no lejos de allí, en la calle de Rodrigo Alfredo de Santiago, en O Ventorrillo, a la una de la tarde de ayer. Un bombero fuera de servicio que pasaba por allí descubrió que el bajo que ocupaba el número 56 salían llamas y humo por la ventana. En la casa se encontraba un hombre de 93 años al que ayudó a salir por la puerta. Algunos testigos colaboraron en las labores de extinción empleando un cubo con agua, sin embargo, para cuando llegaron los bomberos el salón de la casa y la cocina resultaron muy afectadas por las llamas a pesar de los esfuerzos por sofocarlas cuanto antes.
Al regresar y ver lo que estaba ocurriendo, la hija del nonagenario, que había sacado el perro a pasear, sufrió un ataque de nervios y tuvo que ser atendida por las urgencias médicas, mientras que su padre se encontraba bien, sin signos de intoxicación por inhalación de humos. “Cuando lo vi creí que era la tartera, porque la había dejado en el fuego para hacer la comida a mi padre, pero había demasiado humo”, recordaba la mujer.
En realidad, el foco del incendio se encontraba detrás del sofá, en un enchufe donde se produjo un cortocircuito. La llama se alimentó del mueble, generando una gran cantidad de humo. La hija asegura que solo estaba conectada una radio, de manera que no se explica qué produjo el fallo eléctrico que causó el fuego. Aunque no fue necesario evacuar a nadie más del edificio, la casa quedó inhabitable por culpa del humo.

El humo de un pebetero estuvo a punto de causar dos muertes en un piso de Almirante Mourelle

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