El triunfo de la clase trabajadora

El triunfo de la clase trabajadora
FRA102. Roubaix (France), 13/04/2014.- (L to R) Giant Shimano team rider German John Degenkolb (2ndplacd), Omega Pharma Quick Step team rider Dutch Niki Terpstra (winner), Trek Factory Racing team rider Swiss Fabian Cancellara (third placed) celebrate on

El holandés Niki Terpstra aparcó el pico y la pala. Gregario de lujo desde que llegó al Omega en 2011, culminó ayer una primavera de ensueño. El espigado rodador levantó los brazos en el velódromo de Roubaix. Es la victoria más importante de su carrera, la cuarta de la temporada. Es el triunfo de la clase trabajadora, lo bello e inesperado de este deporte. No siempre gana el mejor.
Terpstra coronó el gran trabajo de su equipo en una carrera frenética. Omega arregló el despropósito de la pasada semana en Flandes, donde metió a tres ciclistas en el Top-10 pero a ninguno en el podio.
Boonen (cuatro veces ganador en Roubaix) atacó de lejos, Stybar marcó a Cancellara y Terpstra remató a lo grande. El holandés sorprendió a los favoritos con un demarraje a solo siete kilómetros de la llegada. Sin respuesta, voló hacia la meta y firmó el décimo triunfo en las últimas dieciséis ediciones para el equipo de Patrick Lefevere (con los nombres de Mapei, Domo, Quick Step y Omega). Antes que Terpstra fueron Tafi, Museeuw, Knaven, Van Petegem y Boonen. Roubaix es su territorio.
La clásica de las clásicas no empezó en el bosque de Arenberg. La interminable recta adoquinada que tantas veces selecciona la carrera solo eliminó al noruego Kristoff (vencedor de la Milán-San Remo y quinto en Flandes). Con casi 200 kilómetros de castigo en las piernas y todavía 60 para meta, Boonen dinamitó la carrera. Figura sobre el pavés y líder de su equipo atacó en el tramo de Orchies. Thomas, Tjallingii, Gaudin y Ladagnous saltaron a su rueda. Solo el galés y Hushovd, que se unió más tarde, ofrecieron su colaboración.
El movimiento de ‘Tommeke’ parecía suicida y nunca llegó a abrir hueco. En el pelotón gastaron Belkin (Vanmarcke) y BMC (Van Avermaet) a ritmo de caza. El sector de Mons-en-Pévèle, segundo de los tres calificados con cinco estrellas, volvió a decepcionar. Demasiado lejos de meta, no fue decisivo. Sí lo fue Pont-Thibaut. Allí arrancó Vanmarcke, que provocó la reacción de Cancellara, muy tranquilo hasta el momento. Era la selección definitiva. Dos nombres llamaban la atención: Peter Sagan (no se le esperaba entre los mejores) y Sir Bradley Wiggins (ganador del Tour 2012).
El eslovaco se quitó la espina de Flandes (era el gran favorito y acabó decimoquinto). En su tercera Roubaix mostró orgullo y valentía. Atacó, cazó al grupo delantero y se fue en solitario. Le faltaron piernas para ganar. Las que le sobraron a Terpstra. Su compañero Stybar contuvo las acometidas de Cancellara y Vanmarcke. Los dos mejores se cortaron ante la presencia del alemán Degenkolb, el más rápido en el grupo de cabeza. Era el momento del gigantón holandés. Su ataque fue el bueno. La gloria le esperaba en Roubaix.

El triunfo de la clase trabajadora

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