“No tenemos miedo a investigar sonidos diferentes”

“No tenemos miedo a investigar sonidos diferentes”
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Los definen como el mejor grupo de soul del panorama nacional, aunque su primer trabajo, que presentarán mañana en el Playa Club, no es fácil de etiquetar. Aurora & The Betrayers, protagonistas de uno de los “Pequeños Grandes Momentos 1906” de Estrella Galicia, prometen buena música y emoción.

¿La Aurora que sale ahora al escenario es la misma que salía con Freedonia?
Bueno, supongo que en muchos aspectos sí. Con los años te vas haciendo tu propia identidad y no dejo de ser la misma persona, pero hay muchas cosas que han cambiado. Considero que he madurado y me enfrento a la música y a los directos de otra manera.  Los Betrayers son otro universo para mí. Muy diferente a lo que había hecho antes y con un concepto más arriesgado.

¿Embarcarse en un proyecto nuevo da vértigo?
Por supuesto. Todos los comienzos son difíciles. Requieren esfuerzo y confianza en ti mismo.  He tenido la suerte de contar con los Betrayers que tienen una capacidad creativa inmensa. Nos estábamos embarcando todos en una aventura nueva y diferente y eso lo hizo todo más fácil. El no querer hacer lo establecido, o canciones que a priori sabes que van a funcionar de cara al público nos hace disfrutar más aún de lo que hacemos.

¿Cómo surge la unión con los Betrayers?
Fue un poco por casualidad. La unión de Betrayers es el resultado de la unión entre Sietepulgadas Records y Aurora García.  Mientras yo cantaba en Freedonia grabé dos canciones con Sietepulgadas Records. Más adelante, por cuestiones de disconformidad y desacuerdos, me separé de Freedonia. Fue entonces cuando llamé a la puerta de Sietepulgadas Records para ver si estaban dispuestos a montar un nuevo proyecto, pues aquellas dos canciones que hicimos tenían una esencia especial y me enamoré desde el principio de su concepción de la música y la composición. Si montábamos algo tenía que ser serio y buscar un nombre para el nuevo proyecto. Todos estuvimos de acuerdo, y aquí estamos.

¿Cómo ha sido el proceso de creación del disco con una banda con la que no había compuesto antes?
Muy interesante. Me di cuenta desde el principio que tendría que dejar muchos prejuicios y tópicos de mí misma a un lado. Era una etapa nueva. Con músicos muy experimentados y un conocimiento musical muy amplio. Nos pusimos a componer de una manera diferente para adaptarnos y encontrarnos en un punto de encuentro donde sacar lo mejor los unos de los otros. Aun así, siempre hay dudas cuando creas un concepto desde cero, pero asombrosamente nos entendemos muy bien y no tenemos miedo a investigar sonidos diferentes e inspirarnos en artistas muy diferentes. Eso para mí es una liberación que no había experimentado antes.

¿El título del disco, “Shadows go Away”, es una forma de anunciar que viene algo mejor?
Supongo que sí. Después de la tormenta llega la calma y vas pudiendo observar cómo todos los cambios sirven para aprender y para aprender lo mas importante, que “lo mejor” depende casi siempre de tu propia perspectiva y no de la ajena. Una conclusión que no es fácil de asimilar sobre todo cuando tu profesión depende del público y yo personalmente he llegado a comprender con este disco.

En el disco hay soul, funk, incluso pop... ¿cualquier género tiene cabida en el proyecto?
Hay determinados estilos que están más relacionados de lo que a priori se cree y es casi incontrolable que todas tus influencias asomen cuando compones. Puedes proponertelo y hacer canciones de un estilo muy puro, pero al final hasta los estilos mas puros tienen vertientes de mil tipos. El soul no deja de ser pop afroamericano de la época, muy relacionado con el blues, el gospel, el R&B, el rock... A veces te pones a componer y te inspira este sonido de Prince, con el sonido de bombo de Al Green, el goove de Dr. John y la producción de Adele. No sé, creo que al no negarnos nuestros gustos, el mundo se abre en un abanico enorme de posibilidades aunque el factor soul siempre está muy presente.

Su carrera demuestra que sí, pero ¿cree que hay mercado en España para el soul?
Depende de lo que se considere mercado. Para el soul hay público y afortunadamente cada vez hay más oferta de salas, promotores y festivales que apoyan estilos más underground, pero no deja de ser un estilo que no mueve el mercado español a gran escala. La escena soul está viva, pero no cuenta con el apoyo de los grandes medios de comunicación, difusión y discográficas como puede pasar con otros estilos. Aunque está comprobado que cada día crea más adeptos, no escucharás de momento que una banda de soul llene un estadio o protagonice la banda sonora de la vuelta ciclista (ríe).

¿Que se va a encontrar el público en el concierto?
Van a ver una banda potente con muchos matices, diferente e inclasificable. Hay momentos para todo, para bailar, para observar, para sorprenderse y sobre todo, para quedarse un rato pensando en qué etiqueta le pondrías (ríe).

Vienen con una coruñesa, Verónica Ferreiro. ¿Es obligado dar incluso más espectáculo al estar en casa de un miembro de la banda?
La verdad es que aunque no lo quieras, ese hecho siempre impone un poquito más (ríe). Aunque nuestra propia imposición exige dar el cien por cien en cada lugar al que vamos.

“No tenemos miedo a investigar sonidos diferentes”

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