La hipótesis de un segundo rescate agita la política portuguesa

Gobierno y oposición ha mantenido hoy un duro enfrentamiento en Portugal debido a la hipótesis de que el país necesite de un segundo rescate por no poder regresar a los mercados de deuda a largo plazo en el segundo semestre de 2013.

El ministro de Asuntos Parlamentarios luso, Miguel Relvas, insistió en el discurso mantenido por el Ejecutivo conservador hasta ahora de que el país logrará su objetivo si no ocurre nada extraordinarios, mientras que los partidos de izquierda cuestionaron la estrategia de ajustes y austeridad escogida por el Gobierno.

La polémica surgió tras la publicación hoy en el periódico alemán "Die Welt" de una entrevista al primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, en la que admite tener dudas sobre si Portugal será capaz finalmente de subastar de nuevo deuda a largo plazo.

"No sé si Portugal regresará a los mercados en septiembre de 2013 o más tarde", reconoció el jefe de Gobierno luso.

Passos Coelho explicó, como ya había hecho en otras ocasiones, que la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) "ya dieron garantías" de que seguirán ayudando al país en caso de que no pueda emitir deuda a largo plazo por razones externas siempre que cumpla con el programa de medidas acordado el pasado año a cambio del rescate.

La UE y el FMI concedieron a Portugal un préstamo de 78.000 millones de euros en mayo de 2011 que permite al país cubrir sus necesidades financieras hasta el segundo semestre de 2013 pagando un interés a priori inferior al que tendría si emitiera deuda a largo plazo, subastas a las que no recurre desde entonces.

En su entrevista al diario alemán, el primer ministro luso precisó que la ayuda de las entidades internacionales no tiene que suponer necesariamente un segundo rescate, sino que se puede optar por otras vías para concretar ese apoyo, sin precisar más detalles.

El secretario general del Partido Socialista, Joao Ribeiro, consideró, en declaraciones recogidas por la agencia estatal Lusa, una señal de "descontrol" por parte del Ejecutivo conservador el cambio en la postura de Passos Coelho, que hasta ahora siempre se había mostrado convencido de que Portugal lograría sus metas.

Desde el Partido Comunista luso advirtieron de que las últimas declaraciones del primer ministro reflejan que el Gobierno escogió el rumbo equivocado para salvar al país.

Los marxistas del Bloque de Izquierda abundaron en esta idea y volvieron a poner en duda la idoneidad de las severas medidas de austeridad implantadas por los conservadores portugueses.

En rueda de prensa, el ministro Relvas resaltó que "no hay nada de nuevo" en la postura oficial del Gobierno y aseguró que el país volverá a los mercados de largo plazo en septiembre del año próximo "en circunstancias normales".

Inversores, agencias de calificación y analistas ya auguran desde hace meses que a Portugal no le quedará más remedio que recurrir a otro rescate en base a los elevados intereses que todavía penalizan su deuda a largo plazo en el mercado secundario, utilizado como indicador.

Las obligaciones lusas a diez años se cotizaron el viernes ligeramente por debajo del 12 por ciento, una tasa que los expertos estiman inasumible.

El Gobierno luso, por su parte, destaca que estos intereses han bajado más de cinco puntos desde que alcanzaran su máximo histórico (17 por ciento) a finales de enero.

Reflejo de la confianza del Ejecutivo en que la presión de los mercados se está desinflando es su decisión de emitir deuda a corto plazo con vencimientos cada vez más largos.

La semana pasada Portugal completó con éxito su más reciente subasta al colocar 1.000 millones de euros a 18 meses -el plazo más largo subastado desde hace un año- a un interés del 4,53 por ciento y otros 500 millones en títulos a seis meses a cambio de una rentabilidad del 2,9 por ciento.

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