El ministro griego de Reconstrucción Productiva, Medio Ambiente y Energía, Panayiotis Lafazanis, anunció ayer que el Gobierno cancelará de forma progresiva todas las leyes aprobadas por el dictado de la troika de acreedores. Adelantó que una de las primeras medidas que emprenderá el Ejecutivo es la paralización del proceso de privatización de la compañía estatal eléctrica DEI.
El nuevo Gobierno griego dibujó ayer el esquema de las que serán las líneas maestras de su futura política: negociación con los socios de la UE, pero sobre una base de decisiones soberanas, y acabar con la austeridad, pero sin incurrir en el derroche.
Renegociar la deuda, detener el proceso de algunas privatizaciones, luchar contra la corrupción y la evasión fiscal, ayudar a las pymes y luchar contra el desempleo, fueron los mensajes principales de esta primera jornada de trabajo.
Uno de los principales objetivos de este Gobierno será acabar con el clientelismo político, la corrupción y la evasión fiscal, una de las grandes lacras y en buena parte origen de la crisis que padece Grecia desde hace seis años
El principal mensaje a los socios europeos fue que el Gobierno renegociará la deuda, pero con soluciones que “sirvan a toda Europa”. Las medidas más inmediatas será el restablecimiento del salario mínimo en 751 euros brutos –ahora estaba en 586 euros– y la restitución de la paga de Navidad para los jubilados que cobren pensiones muy bajas.
Además, los empleados públicos que perdieron su trabajo “por decisiones anticonstitucionales” lo recuperarán.
Una de las medidas que causó más impacto fue la paralización “inmediata” de todo proceso de privatización de las eléctricas, los puertos y los aeropuertos.