El Ayuntamiento demolerá dos edificios usados por los manteros de A Sardiñeira

El Ayuntamiento demolerá dos edificios usados 
por los manteros 
de A Sardiñeira
A pesar de la valla, la edificación en ruinas mostraba signos de haber sido allanada | pedro puig

Suele ocurrir en A Coruña que los proyectos inmobiliarios o de infraestructuras acaban con problemas generados en torno a las infraviviendas. Esta vez, el Gobierno local se ha adelantado en Agra do Orzán, un camino situado entre la piscina de A Sardiñeira y el centro cívico de OS Mallos donde hay una vivienda de un solo piso en ruinas, y otra justo al lado, en el número 25 de al calle Puerto Rico. Después de años de denunciar okupaciones y abandono, una casa unifamiliar de un solo piso será demolida por el Ayuntamiento aprovechando que tarde o temprano pasará por ahí el acceso a la Intermodal
Como señaló el concejal de Regeneración Urbana, Xiao Varela, la demolición de las viviendas, que se encuentran en estado ruinoso, “é unha reclamación da veciñanza, que denunciaba que eran unha fonte de problemas e de salubridade e inseguridade no barrio”. Su proximidad a la explanada de A Sardiñeira, donde se celebra el mercadillo, los convertía en los lugares ideales donde los manteros que se apostaban en los rincones, muchos de ellos nacionalidad rumana, podían guardar su mercancía para que no se la confiscara la Policía Local.
De hecho, el edificio que se demolerá la semana que viene, aún rodeado por una verja de obras, conserva todavía las escaleras pro las que subían los manteros para recoger el material que tiraban por las ventanas. La mayor parte es ropa vieja, zapatos usados u objetos rotos, prácticamente basura que, de hecho, obtenían de los contenedores.
Riesgo por amianto
Todo ese material acumulado generaba un peligro de incendio además de atraer a ratas y suponer un riesgo para los niños, puesto que entre las dos casas se encuentra un parque infantil. El inmueble que se va a derribar primero es de propiedad municipal, puesto que el Ayuntamiento lo adquirió a la Entidad Pública Empresarial de Suelo (Sepes). La presencia de amianto obligó a seguir un protocolo de retirada de materiales con seguridad y retrasó la demolición.
En cuanto al segundo inmueble, situado en Puerto Rico, es todavía de propiedad privada, pero el Ayuntamiento actúa de manera subsidiaria porque la propiedad lleva una década sumida en un estado de progresiva ruina y total abandono.
A la empresa propietaria se le comunicó la orden de demolición, que debía haber llevado a cabo por su cuenta. Tampoco abonó las multas que le impuso el Ayuntamiento por no hacerse cargo de mantenimiento ni derribarlo cuando llegó el momento.
La vivienda, de varias plantas, no tiene ni puertas ni ventanas, así que pueden entrar tanto personas como animales y ya se han declarado varios incendios en su interior. Hasta esa casa siniestra llegó una vez la Policía Local tratando de localizar un hombre que estaba en busca y captura, dado que constaba como su dirección, pero no encontraron más que gatos que acuden al reclamo de la comida que les dejan los amantes de los felinos.
Desde hacía años no era más que un escondite para ropa sucia para los vendedores rumanos pero aunque se derribe, la venta de objetos sacados de la basura continuará probablemente porque tiene una gran aceptación entre el público que acude al mercadillo, y que las compra por solo unos céntimos. l

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