Las academias audiovisuales piden un “pacto social” para el cine y la cultura

Las academias audiovisuales piden un “pacto social” 
para el cine y la cultura
Los responsables de las entidades posan con el cartel del encuentro | pedro puig

A Coruña fue ayer punto de encuentro de las academias del audiovisual de España y Portugal, que abordaron la problemática del sector en una cita que sirvió para plantear un “pacto social” para el cine y la cultura, según explicó presidente de la Academia Galega do Audiovisual, Carlos Ares.
A la quedada del NH Atlántico asistieron representantes de las entidades española y lusa, además de miembros de las instituciones que representan a Cataluña, Aragón, Andalucía y Galicia, las únicas comunidades que cuentan con academia propia.
En la reunión, que contó con la presencia del director general de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Joan Álvarez Valencia, y del presidente de la Academia Portuguesa das Artes e Ciencias Cinematográficas, Paulo Antonio Rodrigues de Noronha Trancoso, estuvieron representantes del sector público, como el Ayuntamiento, la Xunta o el CGAI.
Esta primera reunión destacó por la “gran sintonía entre todos los participantes”, que quedaron para repetir el año que viene en Aragón, todavía sin fecha concreta, aunque con el deseo de que más comunidades autónomas abran sus academias y se unan a la iniciativa, señaló Ares.
“Hemos hablado de muchos problemas que tenemos en común y que son más fáciles si los abordamos juntos”, remarcó el representante. Los asistentes propusieron la “creación de un pacto social para el cine y la cultura”, además de otras medidas como un “programa que introduzca el cine en las escuelas”.
En este sentido, argumentó que “seguiremos luchando por la paridad tanto en industria cinematográfica como audiovisual. Todas las academias notamos que tenemos muchas menos mujeres que hombres”. Aunque las academias no legislan, sí pedirán hacerlo para resolver diferentes asuntos problemáticos. También se ofrecerán como “interlocutoras” de las administraciones, encargadas de la normativa.
A los representantes del sector público les pareció “buena idea”, según Ares, el impulso de medidas para la paridad o la introducción del audiovisual entre el público infantil y juvenil.
Aunque Portugal tiene academia desde hace menos de una década, sus responsables subieron la AP-9 y la tendrán en cuenta para la siguiente porque “lo que tratamos es algo que afecta a todos y se podría trasladar a cualquier punto de Europa. Son preocupaciones comunes no solo a estas comunidades”, desvela Ares. De ahí que la interconexión entre el audiovisual español y europeo se marque como otro de los objetivos.

Las academias audiovisuales piden un “pacto social” para el cine y la cultura

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