Los trabajadores de Alcoa consiguen in extremis una prórroga de quince días

Los trabajadores de Alcoa consiguen in extremis una prórroga de quince días
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Después de horas de negociación en la mesa, el comité de empresa de Alcoa consiguió arrancar a la multinacional una segunda prórroga del período de negociaciones, que expiraba hoy. Si no se hubiera logrado, habría supuesto el comienzo de los despidos de los 370 trabajadores de la planta de A Coruña, así como los 317 de Avilés. Tal y como han salido las cosas, los trabajadores solo han conseguido un respiro que concluirá el quince de enero. En ese tiempo, se celebrarán unas cinco reuniones en Madrid. “Esperamos darle la vuelta a todo esto. Es más tiempo para buscar una solución y buscar una alternativa para el expediente”, declaró el presidente del comité coruñés, Juan Carlos López Corbacho.

No será fácil. El propio Corbacho reconoció que la multinacional del aluminio se mostró muy reacia a aceptar esta segunda prórroga y durante las negociaciones se ha  mostrado igualmente insistente en no hablar más que de indemnizaciones y otras condiciones del despido, en vez de buscar soluciones para que la planta se mantenga abierta y salvar así los 670 empleos que ahora corren peligro. 

Los trabajadores lo sabían y por eso, por primera vez, más de cien de ellos viajaron a Madrid como demostración de fuerza y apoyo a sus representantes sindicales, a los que escoltaron hasta el edificio donde tuvo lugar la reunión. Frente al inmueble corearon eslóganes, prendieron bengalas y hondearon banderas reclamando, como siempre, que la planta no se cierre y llamando a los “yanquis” (la multinacional es americana) “pandilla de mangantes”. 

Todo por decidir 
Pero dejando a un lado el plazo la prórroga, la empresa no ha cedido en nada desde que se inició el conflicto, con el anuncio del ERE el 17 de noviembre. La postura de la dirección es que las dos plantas, la de Avilés y la de A Coruña, son deficitarias, y por eso desea mantener abierta solo la de San Cibrao. Corbacho insiste en que las causas son “coyunturales”, que la calidad del aluminio primario que generan es excelente y que es necesario que el Gobierno intervenga para abrir un proceso que garantice la compra de las plantas por otra empresa.

Una compra que, por otro lado, Alcoa asegura que ha intentado sin suerte. Mientras tanto, el estamento político, que había comenzado el proceso con declaraciones de unidad, comenzó a mostrar señales de disensión a medida que las semanas pasaban. El Gobierno central, que goza de las competencias en este caso, mantiene que no intervendrá las instalaciones pero ha anunciado un estatuto de empresas electrointensivas que reducirá los costes energéticos, lo que hará más atractiva a España para este sector, que incluye a Alcoa. La ministra de Industria, Reyes Maroto, asegura que mantiene negociaciones de manera discreta con multinacionales interesadas. Por el momento, sin ningún progreso que haya sido anunciado. 

Mientras tanto, los partidos situados más a la izquierda, como En Marea, exigen al Gobierno que actúe e intervenga las plantas lcoa a través de la SEPI. “Es constitucional y no es una rareza”, indicó recientemente.

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