Movilidad acumula críticas desde varios frentes por su ausencia de operatividad

Movilidad acumula críticas desde varios frentes por su ausencia de operatividad
La reordenación de las líneas de autobús es una de las tareas pendientes del Gobierno municipal | quintana

El área de Movilidad acumula críticas desde diversos frentes como los grupos de la oposición o asociaciones vecinales debido a su inoperatividad, una situación llamativa cuando desde el Gobierno local siempre se ha marcado este ámbito como uno de los principales retos para este mandato ya que tendrían que llevarse a cabo actuaciones de gran influencia para la ciudad.


Entre las formaciones de la oposición impera el pensamiento de que desde esta concejalía no se ha hecho casi nada durante los casi tres años de gobierno de la Marea Atlántica y que lo poco que se ha hecho ha sido con errores o provocando mayores quebraderos de cabeza que ventajas a los ciudadanos.
Así, desde el Partido Popular se ha renombrado a la concejalía como la de “inmovilidad” por su poca actividad. Es habitual la petición de que se lleven a cabo actuaciones pendientes como la reordenación de las líneas de transporte público, para la que critican que se haya gastado más de medio millón de euros en diversos estudios y otras tareas sin resultados visibles.

El Gobierno local quiso remunicipalizar la ORA, pero finalmente concluyó que no era posible tal y como había vaticinado el PP. Es más, este servicio ha estado salpicado de aspectos negativos como los problemas de la Marea a la hora de aprobar la nueva ordenanza o aceptar inicialmente que la empresa concesionaria anunciase el cobro de una comisión a los usuarios de la aplicación móvil, algo que finalmente no se produjo tras las advertencias de los populares.

La Marina y los vados
Las críticas más recientes llegaron desde el Partido Socialista coruñés, quienes defienden que las multas impuestas por la cámara de La Marina en el último año, las estimaciones hablan de 26.000, son nulas debido a que no se está aplicando el artículo correspondiente.

Pocos días después, la misma formación denunciaba que las nuevas señales de identificación de los vados no cumplen con la normativa al no respetar uno de sus artículos. En concreto, por no identificar el año en curso y la vigencia del permiso. Además, el portavoz del grupo municipal ha pedido en varias ocasiones que el concejal de este área, Díaz Grandío, haga “algo, cualquier cosa”.

Mientras, desde el BNG las críticas se centran también en los planes del Ayuntamiento en torno al transporte público y que las pocas actuaciones se hayan dirigido solo a fomentar el uso de la bicicleta.
Otra de las iniciativas de relevancia que está pendiente es la segunda fase de la peatonalización de la Ciudad Vieja, que según el Gobierno local se presentará el próximo mes. A pesar de que esperan que se cumpla el pronóstico, los vecinos de este barrio lamentan que no se haya llevado a cabo con anterioridad.
Los grupos políticos no son los únicos que ven pocas medidas por parte de esta concejalía. Entre las agrupaciones vecinales es constante la petición de diversas medidas para mejorar los aspectos de este área y varios de ellas se han unido recientemente para presentar propuestas de cara a la reordenación de las líneas de transporte urbano.

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