Obra maestra final

Obra maestra final

El RC Deportivo sumó tres puntos de oro en el último suspiro de un choque que no pasará a la historia por su brillantez ante el Sporting de Gijón (1-0), gracias a un contundente testarazo de Pablo Marí tras servicio de Fede Cartabia.
El cabezazo en el epílogo del central permite a los herculinos, en un ejercicio de pragmatismo, sumar 8 puntos tras cuatro jornadas y aferrarse a la llamada ‘media inglesa’.
Después de tres jornadas consecutivas a domicilio, el Depor se asomaba a Riazor con novedades en todas sus líneas respecto al último compromiso en Tenerife; Pablo Marí, Didier Moreno, Krohn-Dehli, Pedro Sánchez y Carlos Fernández se vieron catapultados al once ante un Sporting que tripitía formación inicial de modo consecutivo.
Mermado por unas bajas concentradas en la delantera, el equipo coruñés asistió al debut del joven cedido por el Sevilla Carlos Fernández en la demarcación de ‘9’.
Los primeros minutos fueron de tanteo, con un Depor dominador de la posesión y forzando dos saques de esquina casi consecutivos sin peligro para los dominios de Diego Mariño.
Ninguno de los dos contendientes arriesgó durante el primer cuarto de hora, un tanto temorosos de cometer errores que pudiesen ser trascendentes en el resultado final.
Las imprecisiones de ambas escuadras se fueron sucediendo en la medular de ambos bandos; en el herculino, la contención de Álex y Didier Moreno se imponían a la creatividad de Vicente Gómez.
En medio del letargo llegó la acción que pudo cambiar el rumbo del partido, con una pena máxima decretada un tanto rigurosa a favor del RC Deportivo por un contacto entre Cofie y Carlos Fernández.
Corría la media hora del partido y, para infortunio del deportivismo, el colombiano Didier Moreno telegrafiaba su disparo a la derecha de un Mariño que desbarató sin apuros.
El polémico lance agitó un encuentro sin un claro dominador, que se perdía en ejercicios de impotencia y centrocampismo estéril.
El canterano blanquiazul Diego Caballo volvió a desempolvar el guante de su pierna izquierda en una internada aislada pero su centro milimétrico no fue rematado a gol por un Carlos Fernández poco atinado, que envió el cuero desviado a la izquierda.
Mientras el público de un coliseo de Riazor un tanto desangelado por la falta de calor humano tras las porterías murmullaba ante la falta de espectáculo y de juego hilvanado, el encuentro se marchó al intervalo con la sensación de un empate a nada en el que el Sporting de Gijón apenas se asomó al área custodiada por Dani Giménez. Como nota curiosa los dos cancerberos en la noche de ayer eran originarios de Vigo.

Segundo acto
Sin cambios en la reanudación el Depor ya salió mentalizado para ser más punzante y nada más darse inicio, una precisa triangulación entre Bergantiños, Pedro Sánchez y David Simón propició un cabezazo de Carlos Fernández que estuvo a punto de convertirse en el 1-0; el dinamismo del punta andaluz despertaba las palmas desde las gradas.
El Deportivo ponía más corazón que cabeza en volcar el campo sobre el marco de Diego Mariño y la banda derecha se convertía en el mayor centro asociativo del equipo, con varias combinaciones en las que Didier Moreno siempre intervino, imponiendo su más que notable condición física.
El joven atacante cedido por el Sevilla, Carlos Fernández, capitalizó las oportundidades de gol de los herculinos.
En el minuto 66 no atinaba a rematar entre los tres palos tras un centro medido a cargo de un hiperactivo David Simón, que en la segunda parte se desdobló en ataque de manera continua.
En el 68’ Caballo se sacó de la manga un centro tenso a ras de césped que otra vez más no encontró finalizador.
El técnico local Natxo González apostó por introducir cambios en el minuto 71 y fue Fede Cartabia el que regresó tras lesión en lugar de Carlos Fernández.
El Sporting de Gijón se quedó en inferioridad numérica en el minuto 75 por la segunda tarjeta amarilla de Cofie, esta vez por un claro derribo sobre Domingos Duarte; Fede Cartabia no sorprendió a Mariño en el disparo a balón parado desde fuera del área pero el cuadro coruñés intensificaba su dominio.
Carles Gil, que arrastró molestias físicas a lo largo de la semana, saltó al campo en los diez últimos minutos para aportar su calidad en los compases finales. El valenciano rozó el tanto en el 89’ con una buena parábola con su pierna izquierda.
Sería en el epílogo del envite, en el minuto 94, cuando el marcador se desniveló gracias a un oportuno cabezazo de Pablo Marí tras centro con la derecha de Cartabia. Entre el delirio de la hinchada coruñesa los herculinos sumaban de tres en tres para asentarse. l

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