El PP y Sánchez Oroza escenifican su pacto durante un bronco y agrio debate en Miño

El PP y Sánchez Oroza escenifican su pacto durante un bronco  y agrio debate en Miño
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El panorama presagiaba un pleno tenso en Miño. El ambiente  era hostil a primera hora de la mañana: los concejales se encontraron al llegar con el gesto serio de varias decenas de vecinos dispuestos a hacerse notar en la primera sesión tras el “habemus pactum” de Ricardo Sánchez y el Partido Popular. Incluso hubo rifirrafes entre los asistentes, “controlados” por la Guardia Civil.  
El debate sobre la estructuración de las áreas y la designación de las dedicaciones fue intenso, especialmente los reproches entre Antonio Vázquez Faraldo, el portavoz del PSOE, y Jesús Veiga Sabín, número uno del PP y, en virtud del acuerdo suscrito el 21 de enero ante notario, primer teniente de la Alcaldía de Miño. Según el socialista, la necesidad de recurrir a un “certificador”  es  una muestra más de la “desconfianza” entre los socios, rivales políticos hasta la “sorpresa” del 13-J, que había dejado “anonadado” a Sánchez. Entonces, los seis ediles conservadores entregaron el bastón de mando al único representante de Compromiso por Galicia (CxG) que, a los pocos días, decidió retirarle sus siglas por aliarse con el PP. En estos ocho meses, el Gobierno de Miño tuvo un único miembro: el alcalde, que siempre negó un pacto a priori con Veiga. “Un embarazo tan longo para parir isto”, denunció el socialista Faraldo.  
La tensión se acentuó en el sexto punto, el correspondiente a los salarios, que puso de manifiesto la polarización ideológica de la ciudadanía de Miño. El portavoz del PSOE realizó una dura intervención en la que dudó de la dignidad de Veiga y Oroza. “Has engañado a los vecinos, Ricardo ¿Eres capaz de mirarte al espejo? Sé honesto contigo y con tus votantes, dimite Ricardo, hazlo”, intervino el líder de la oposición antes de recordarle que  hace nueve meses aseguró que  “ni por activa ni por pasiva” se uniría a los populares, y de acusar a ambos socios de “perder nueve meses para resolver los problemas de Miño”.
La propuesta, que los socialistas trataron de enmendar sin éxito, quedó aprobada con los votos de los seis ediles del PP y de Sánchez. Este cobrará 2.705 euros brutos al mes por una dedicación parcial de 32 horas semanales, mientras que Veiga, como primer teniente alcalde, tendrá dedicación exclusiva y una retribución de 2.096 euros, por encima de lo que percibía en su etapa al frente del Ayuntamiento de Miño.
Los nuevos socios dirigieron sus disparos de más grueso calibre a los socialistas, apuntando a posibles “discrepancias” en el seno de la agrupación y, en el caso de Jesús Veiga, a los supuestos intereses de Vázquez Faraldo en el cobro de las expropiaciones de Martinsa-Fadesa. Un asunto que provocó el enfado del socialista, que no dudó en llamar “indigno”, “impresentable”, “falso” y “mentiroso” al portavoz del PP.
El regidor miñense también achacó al PSOE la “filtración de documentos a la prensa” y su falta de compromiso con las soluciones para los afectados de Costa Miño al no asistir, según el equipo dirigente, a una reunión con los técnicos de la Diputación de A Coruña para valorar la pertinencia de recurrir la última sentencia contra el Consistorio en la que el juzgado no reconoce a Miño como acreedor prioritario para el cobro de los 20 millones de euros adeudados por Fadesa.
Veiga también les reprochó su  “incapacidad” para pactar y exigió a Faraldo la retirada de la “palabra corrupción ligada a este partido (PP)”. El socialista, que insistió en vincular al Partido Popular con los casos de corrupción que sacuden España, afirmó que Veiga le expuso, durante una conversación para tratar de llegar a un acuerdo, que quería un sueldo de “1.500 euros”.

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