En enero del año pasado, el Gobierno local daba la campanada anunciado que la Policía Local se trasladaría del viejo cuartel de Orillamar al inmueble que ocupa la esquina de la ronda de Nelle con Gregorio Hernández, en el edificio de la antigua jefatura territorial de Sanidade. Aunque a algunos agentes municipales la idea no les gustó, por considerar que no tenían suficiente espacio como para acoger su parque móvil, otros señalaron que tenía la ventaja de que era un edificio ya construido, por lo que se tardaría mucho menos dinero y tiempo en verlo terminado. Hoy en día, 18 meses después, el proyecto sigue paralizado.
De hecho, todavía no se ha formalizado la cesión del inmueble por parte de la Consellería de Sanidade al Ayuntamiento. El único progreso que se ha hecho en todo este tiempo es emplear el salón de actos del edificio como aula donde impartir cursos para los agentes municipales. Ya en noviembre del año pasado, los policías locales se dieron cuenta de que la cosa iba para largo cuando el entonces alcalde, Carlos Negreira, no incluyó ninguna partida (la cantidad que se calculaba superaba el millón de euros) para reformar la sede territorial en lo que luego resultaron ser los últimos presupuestos de su mandato. Aquello, junto con el impago de los sueldos atrasados, generó la huelga de bolis caídos que se prolongó hasta principios de este año.
demora indefinida
Tal y como están las cosas, desde la asociación profesional de la Policía Local consideran que la situación puede demorarse. No solo por cuestiones presupuestarias, dado que para la actual Administración el nuevo cuartel no es una prioridad, sino porque todavía no existe un proyecto real y porque la sintonía existente entre la Xunta y el Ayuntamiento no es la misma que cuando ambas administraciones estaban gobernadas por el PP.
“En realidad, llevamos esperando por este edificio cuatro años y tres meses, porque el PP lo llevaba en su programa electoral”, recuerdan. El proyecto original hablaba de un edificio nuevo situado al lado de la Tercera Ronda, pero el anterior Gobierno cambió de opinión cuando la Xunta le ofreció la sede territorial de Sanidade, con sus más de 5.400 metros cuadrados útiles, triplicando el espacio del viejo cuartel y con buenas conexiones al hallarse entre la rondas de Outeiro y Nelle, dos de las columnas vertebrales de la ciudad, además del enlace con la Tercera
Ronda.
Sobre todo, en lo que se refiere al espacio, los vehículos son un problema. En el actual cuartel de Orillamar, los policías tienen que depositar los coches y motos en un garaje particular, a pesar de que se haya ampliado la zona de estacionamiento reservado para uso del 092. Pero en la sede de Sanidade existe espacio para aparcar un centenar de vehículos. No era suficiente, pero se habían barajado ideas para acomodar a los vehículos sobrantes. Alternativas que, con la congelación del proyecto, tampoco se van a materializar.