Una vecina de Eirís denuncia que el agua de un pozo municipal daña su propiedad desde hace años

Una vecina de Eirís denuncia que el agua de un pozo municipal daña su propiedad desde hace años
María Teresa Pan muestra el pozo alimentado por manantial que es el origen del problema | quintana

Eirís de Abaixo conserva todavía gran parte de su encanto rural, a pesar de verse cercado por las obras del Parque Ofimático. Es lo que desde el Gobierno de la Marea Atlántica denominan “rururbano”. Una de sus casas es la de María Teresa Pan, que denuncia el olvido en el que le mantiene el Gobierno local. La propiedad de su familia, que se encuentra en el número 9 de Eirís de Abaixo, fue expropiada en parte, y el agua de un pozo que ahora es propiedad municipal se filtra al subsuelo de la casa, levantándolo, y haciendo inhabitable el lugar. Es la única coruñesa a la que, en plena sequía, el agua le supone no una ventaja, sino un problema.
El terreno y las casas que se levantan sobre él, de unos 3.000 metros cuadrados, llevan siendo propiedad de su familia desde hace unos 200 años, según sus cálculos. “Por lo menos”, añade. Allí había árboles, varias casas y dos manantiales. Pero todo se empezó a torcer cuando el nuevo polígono comercial empezó a levantarse. “Esto ya viene de muchísimo tiempo, pero empezaron a afectarnos de verdad hace unos años”. Entonces, el Ayuntamiento informó a la familia Pan de que debía demoler dos de sus casas, donde residía un inquilino. “Nos dijeron que corría peligro, y que había que demolerla. Nosotros queríamos arreglarla pero está así”, dice, mientras señala una estructura a medio demoler.
Proyecto modificado
Pero el proyecto se modificó. La carrera que debía discurrir por detrás de su casa se desplazó unos metros más arriba, y en la parte de atrás, el terreno expropiado por el Ayuntamiento (entonces en manos del PP), se utilizó para acumular la tierra removida para construir la tierra. “El proyecto que hicieron no era el mismo que tenían pensado en un principio. Iba a ir sesgada y va recta”, denuncia. Además, talaron árboles: “Había eucaliptos, naranjos perales, manzanos, ciruelos... Había de todo”.

Pero lo peor resultó ser el pozo alimentado por un manantial, que antes era propiedad de los Pan y que ahora está destinado a ser la fuente de un pequeño jardín, como aparece en los nuevos planos. Según sospecha la afectada, la tala de árboles provocó que el exceso de agua se filtra en su propiedad: “Tengo la instalación hecha, porque me dijeron que iban a cortar el agua del pozo, pero no lo hicieron, ni hay ni fuente ni nada”. Así que de momento, los Pan utilizan el agua de siempre, la de su pozo.
La misma que se filtra por el subsuelo. El olor a madera podrida del parqué revela los daños que ha causado, y varias tablas están levantadas, a pesar de que mantienen los deshumidificadores al máximo, tratando de mitigar el problema. Para María Teresa, la solución esta clara. “Si ellos no lo quieren, que me lo dejen, y lo arreglaré yo. Que vengan a mirar el pozo y adopten una solución”. Afortunadamente, la afectada vive en Matogrande: “Yo no podría vivir aquí, tal y como está todo”. Aunque sí acude a menudo a la casa familiar.
Por falta de accesos
Indignada, María Teresa acudió al último Dillo Ti para pedir una solución, después de que el Ayuntamiento prometiera enviar representantes a examinar el problema. El el centro cívico de Eirís, el concejal de Regeneración Urbana, Xiao Varela, explicó que no pudieron ponerse a trabajar porque no tienen accesos, de ahí que primero quieran finalizar la obra de la rotonda y a partir de ahí, comenzar a trabajar.
“O ano que ven pensamos realizar unha serie de intervencións al núcleo en los bordes, como xa estamos facendo noutros núcleos”, prometió Varela.

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