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jueves | 25 abril | 2024
La eficacia de las mascarillas en la lucha frente al covid-19, y otros tipos de virus, está más que comprobada científicamente. Sin el uso de estas máscaras protectoras, posiblemente la actual pandemia de coronavirus habría supuesto el confinamiento permanente en nuestros domicilios hasta la aparición de una vacuna o tratamiento eficaz, con el consiguiente colapso económico y social de nuestra sociedad.
Sin embargo, los diferentes tipos de mascarilla poseen una eficacia distinta. Mientras que la de las mascarillas FFP1 es del 78 %, la eficacia de las ffp2 se estima que es del 92 % ,y la de las FFP3 del 98 %.
Actualmente, en España, el uso de mascarillas es obligatorio tanto en exteriores como en interiores, y todo parece indicar que lo seguirá siendo hasta que la población se haya vacunado masivamente.
Los distintos laboratorios que han anunciado la comercialización de la esperada vacuna para el covid-19 para finales de este año 2020 o principios del 2021 hacen presagiar que la pesadilla está tocando a su fin.
Sin embargo, y a pesar de ser ya muchos meses desde que comenzamos a utilizar las mascarillas de protección, aún existen algunas dudas sobre su modo de uso. A continuación intentaremos aclararte algunas de las dudas más frecuentes.
Depende del tipo de mascarilla. Las conocidas como mascarillas higiénicas están diseñadas para que su uso se limite a alrededor de 8 horas, y es aconsejable tirarlas después.
Aun así, si su uso es puntual (por ejemplo, para salir a comprar el pan o hacer algún recado) no es necesario desecharlas automáticamente.
Pueden guardarse en algún tipo de recipiente o bolsa que se pueda cerrar herméticamente para reutilizarlas hasta que se alcance el límite de 8 horas de su vida útil.
En cuanto a las mascarillas autofiltrantes, las FFP2 y FFP3, tienen una vida útil que va de las 8 hasta las 20 horas, tras las cuales es conveniente desecharlas, a no ser que lleven la letra R, en cuyo caso pueden esterilizarse y volver a ser utilizadas.
Ni las mascarillas quirúrgicas ni las higiénicas deben desinfectarse. No deben rociarse con lejía, geles desinfectantes ni alcohol. Las mascarillas higiénicas tampoco deben dejarse tendidas al sol, ya que su tejido se puede deteriorar.
Las mascarillas autofiltrantes que cuentan con la letra R son las únicas que se pueden esterilizar. En los hospitales es habitual hacerlo con ozono, radiación ultravioleta, peróxido de hidrógeno o calor seco.
Si lo vas a hacer en casa lo mejor es colgarlas sobre un recipiente con agua hirviendo para que sean higienizadas por el vapor.
Cuando una mascarilla se humedece a causa de nuestros fluidos corporales como la saliva o el sudor, lo mejor es desecharlas, ya que nuestros propios microorganismos pueden ser focos de infección.
Sin embargo, cuando se mojan por efectos de la lluvia u otras causas ajenas a nuestro propio cuerpo, sí pueden secarse y seguir utilizándose.
Lo más importante es tomar conciencia de que la comprobada eficacia de las mascarillas las convierten en nuestras mejores aliadas en la guerra que estamos librando contra el coronavirus, y que lo seguirán siendo hasta que la ansiada y cada vez más cercana vacunación nos libere de una vez por todas de esta pesadilla.
