El ánimo de los coruñeses convierte la Noche de San Juan en una fiesta de primera

El ánimo de los coruñeses convierte la Noche de San Juan en una fiesta de primera
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Fieles a al tradición, miles de coruñeses se dieron cita en los arenales del Orzán y Riazor, en una fiesta que estuvo teñida de blanquiazul por el decisivo encuentro del Deportivo que provocó que el gentío tardara en afluir a los arenales. Pero las autoridades calculan que, para la medianoche, la asistencia casi llegó a las 130.000 personas, poco menos que otros años. Saltar las hogueras se convirtió así en una forma de purificarse tras la derrota futbolística, igual que la fiesta se convirtió en una forma de olvidar el desengaño y convirtiendo así San Juan en una fiesta de primera.

Para algunos San Juan ya había empezado el día anterior, cuando se comenzó a parcelar la playa de Riazor y el Orzán.  En Algunos casos, a pie mismo de las escaleras. Las autoridades le quitaron hierro: “Ocurre todos los años, algunos cogen un sitio pequeño y otros grande, pero al final todo el mundo pasa por ellas”. Las suaves temperaturas y el cielo encapotado permitió que muchos pudieran permanecer todo el día en el arenal, disfrutando de la tranquilidad que precedía a la fiesta. El termómetro llegó a los 24 grados pese a lo cual, fueron muchos a los que se vieron vestidos con la camiseta blanquiazul y agitando bufandas.


La propia alcaldesa, Inés Rey, pisó durante la tarde el arenal para supervisar el dispositivo de seguridad, compuesto por 536 efectivos, lo que supone un incremento de 80 personas con respecto al pasado año, debido al encuentro del Deportivo. Por supuesto, como ya viene siendo tradicional, se celebró un simulacro a las siete y media de la tarde en la que participaron efectivos de Salvamento Marítimo en el rescate de cuatro supuestos ahogados. 


Retenciones 
El dispositivo también incluía que varias líneas de autobuses –1, 1A, 3, 6, 7, 11, 21, 3A y Búho– ampliaran sus horarios para que los vecinos no tuvieran que depender de vehículos privados, a pesar de lo cual, la Policía Local captó problemas de circulación (que no llegaron a convertirse en embotellamientos en lugares clave de la ciudad como la calle de San Andrés, o la de As Atochas, probablemente debido a las celebraciones de la calle de San Juan. 


El Paseo Marítimo se cortó a la siete de la tarde, como estaba previsto, con camiones de gran tonelaje en los extremos en previsión de posibles actos terroristas, como lleva haciéndose durante los tres últimos años, aunque no sucedió nada más peligroso que jóvenes agolpándose cargados de provisiones en los accesos a la playa. Allí se les hizo entrega de 120 toneladas de madera limpia, así como se vigiló que no bajaran a la arena con  cristal.  

Artificios y fallas 
Fue una jornada tan larga como festiva. Para algunos, empezó de buena mañana, como a comisión de Hogueras de San Juan, que celebró un homenaje al rey Alfonso IX a las once menos cuarto y luego recorrió en comitiva el Cantó Grande para luego celebrar un nuevo homenaje ante la estatua del brigadier Diego del barco en los jardines de La Maestranza.  Pero la noite meiga no comenzó realmente hasta que sonaron las doce, cuando se entregó a las llamas a la falla. Mientras la imagen dedicada a Fermando Amaro “Cantero” crepitaba, estallaron los fuegos artificiales y las hogueras prendieron. Poco después, se trasladó el primer quemado leve en ambulancia.

De esta manera, la medianoche marcó no solo el comienzo de la noche más mágica del año, sino que también sirvió para dejar atrás el día de ayer y la decepción de los aficionados al fútbol que pudieron sacarse el regusto de la derrota. Ayer, no solo se hicieron humo las esperanzas de los deportivistas, sino también todos los problemas que los coruñeses pudieran tener. Por lo menos, durante unas horas. Esa es parte de la magia de San Juan.

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