Un incendio forestal arrasa seis hectáreas de monte en la zona de A Zapateira

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  abel peña > a coruña

  Cuando recibieron la primera llamada, alrededor de la dos menos diez de la tarde, el fuego que tenían que extinguir los bomberos era “pequeño, y localizado en Feáns, cerca de A Zapateira”. Poco después, las llamas habían crecido, devorando la abundante maleza de esa zona del monte y,  por el viento que no dejaba de soplar, lograron que el fuego trepara rápidamente ladera arriba hasta llegar a amenazar los límites de la urbanización Valaire. Cuando por fin se consiguió controlar, el fuego había arrasado 6 hectáreas o, lo que es lo mismo, 60.000 metros cuadrados de terreno, aunque otras fuentes estiman que la superficie calcinada no superaba las tres hectáreas. A pesar de ello, el cabo al mando de la dotación de los bomberos municipales asegura que “las zonas pobladas nunca estuvieron en verdadero peligro”.
No fueron los bomberos municipales los únicos en actuar. También las cuadrillas de Medio Rural, así como tres helicópteros, se unieron a las labores de extinción. Mientras los refuerzos de la Xunta se dedicaban a atacar el fuego en sí, los bomberos coruñeses siguieron un sendero con sus vehículos para colocarse entre la urbanización y el avance de las llamas. “Para nosotros era muy difícil avanzar, había mucho tojo y estaba muy crecido, así que decidimos que lo mejor que podíamos hacer era evitar que se extendiera”, aclaró el cabo.
Lo que no consiguieron impedir es que el humo llegara hasta la urbanización, causando la natural alarma a los residentes. Aunque el portavoz de la asociación de vecinos de A Zapateira, Juan Sánchez-Albornoz, reconoció que la actuación de los servicios de extinción fue correcta, también quiso aprovechar para hacer un llamamiento a las autoridades sobre el estado de conservación de algunas fincas.

Alerta > “Este incendio debe ser entendido como una llamada de alerta para que el Ayuntamiento obligue a los propietarios a limpiar sus fincas”, opinó el representante vecinal, para el que fue precisamente la gran cantidad de maleza que se había acumulado en el terreno lo que proporcionó el combustible necesario al fuego para crecer.
Es un problema que se repite periódicamente y que se pone de manifiesto cuando llega la época de verano en l que comienzan los incendios. Época que, por cierto, todavía no ha comenzado. No fueron ayer las cuadrillas de voluntarios de Medio Rural las que actuaron, sino la plantilla fija con base en Betanzos. En total dos agentes, cinco piquetes, una unidad del Grumir, cuatro motobombas y tres helicópteros acudieron a ayudar a sofocar un incendio, que pese a devastar una zona de matojos y arbolada (había muchos eucaliptos), no es exactamente forestal, puesto que se localizó en una zona poblada. Por su parte, los bomberos municipales destinaron dos dotaciones para apagar el fuego, que llegaron a verter 15.000 litros de agua.
Se trata del incendio forestal más importante desde que el pasado 24 de marzo ardiera el monte de Cortigueiro, en la zona conocida como Alto de Bens. Pero si entonces sólo resultaron afectadas 3.000 metros cuadrados, en esta ocasión la superficie fue mucho mayor. Sin embargo, los dos incendios tienen un punto en común: eran fuegos de ladera. Es decir, que las llamas se inician en la falda del monte y van subiendo aprovechando la dirección ascendente del calor y alimentándose de la maleza acumulada, por lo que avanzan con bastante más rapidez de lo que lo harían en un terreno llano.


 

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