La fuerza del oleaje que el océano lanzó ayer contra el Paseo Marítimo sorprendió a los servicios de emergencia, que no esperaban que, a pesar de la alerta naranja, se produjera ningún incidente. Pero el mar volvió a demostrar que es imprevisible: varias olas consiguieron superar la duna de Riazor y llegaron a desplazar dos bancos de hormigón del Paseo Marítimo, depositando un montón de arena en la acera en el proceso.
Ese fue todo el daño que hizo el temporal porque el dispositivo de vigilancia había precintado la zona horas antes. El pronóstico hablaba de un ciclo de mareas bajas y de un viento del suroeste, flanco por el que la ciudad está bastante protegida gracias al monte de San Pedro, así que los servicios de emergencia, que en el Paseo incluían a Bomberos, Protección Civil y Policía Local, esperaban una jornada tranquila. Sin embargo, las olas resultaron ser más grandes de lo esperado y el precinto policial pasó a cubrir no solo el borde de la explanada de las Esclavas, sino toda la zona, a medida que las ondas se estrellaban y levantaban olas de espuma.
El océano depositó una gran cantidad de arena en la calzada, que limpiaron los operarios
El Paseo Marítimo fue cortado justo a la altura del hotel Riazor, pero debido al punto de donde soplaba e viento, se vio afectada la zona detrás de las Esclavas, sobre todo en la discoteca Green, que recibió varios impactos de las olas. Igualmente, el Millennium resultó también muy azotado por el océano y hubo que cerrar los accesos en ese punto y patrullarlo para asegurase de que no surgieran incidentes. Pero en un principio, todo parecía presagiar una alerta tranquila.
Fue a la seis de la tarde, con la pleamar, cuando las ondas empezaron a saltar por encima de la duna de Riazor, que ya ha sido levantada en tres ocasiones en lo que va de temporada de borrascas, y subían por las escaleras, para diversión de los curiosos que se habían congregado allí para contemplar el espectáculo del océano embravecido, aprovechando el tiempo despejado. Los operarios de Cespa no lo encontraron tan divertido, puesto que fueron ellos los que tuvieron que acudir frente al hotel Riazor para limpiar toda la arena que había arrastrado el oleaje, empleando tanto máquinas barredoras como operarios, labores que prolongaron durante media hora.
Conviene recordar que la alerta naranja continúa durante esta jornada, y que esta tarde la pleamar está prevista para las siete. Aunque no se esperan grandes incidencias, las autoridades mantendrán el dispositivo, igual que ayer, incluyendo el cierre de las zonas más batidas por el mar, como Riazor.
Dado que periódicamente se producen sustos por espectadores que consideran adecuado acercarse demasiado a las rocas, las autoridades emiten avisos rutinarios recomendando no acercarse al litoral mientras dure la alerta naranja. Y también, que es una infracción penada con multa saltarse el precinto policial.