Reportaje | Una ciudad salpicada de fuentes

Reportaje | Una ciudad salpicada de fuentes

La relación entre A Coruña y el agua viene explicada en buena parte por la influencia y la importancia histórica que siempre ha tenido el mar. Pero también hay una extensa colección de fuentes y otros espacios de alto valor monumental con el agua como protagonista.

Entre estas fuentes y otros espacios con agua existen algunos recientes, como los dos estanques que se inauguraron hace un año en el parque de Adolfo Suárez, mientras que otros llevan más de un siglo en la ciudad.

La fuente del Deseo, la de San Andrés, la de Neptuno, la de Santa Margarita, la de Curros Enríquez, la del Paseo de los Puentes con su acueducto o el estanque de Méndez Núñez, son algunas de las más antiguas o con mayor valor histórico.

En la plaza de Azcárraga se erige la fuente del Deseo, que forma parte de la ciudad desde 1807 y que a juicio del escritor e historiador José Manuel Fernández Caamaño “quizás sea la fuente más hermosa de toda la ciudad”. Se denomina de esta manera porque “se compone de una escultura de mujer tallada en bronce” que según Fernández Caamaño representa el deseo.

Si esta puede ser una de las de mayor belleza de la urbe, la de San Andrés es la más antigua. En un primer momento estaba junto a la iglesia Castrense, pero posteriormente se trasladó a la plaza de San Andrés, aunque terminó siendo reemplazada por la de la Fama, que también había estado en otro lugar.

Originalmente estaba en Riego de Agua y “la imagen que adorna la fuente es la figura de un joven que porta una trompeta anunciando las buenas nuevas”, expone Fernández Caamaño. Sin embargo, el escritor e historiador recuerda que el instrumento musical desapareció hace siete años sin recuperarse.

No muy lejos, en la plaza de Santa Catalina, está la fuente de Neptuno, en la que está el dios de los mares con una corona en la cabeza, su mano izquierda sujetando un tridente y en la derecha un escudo con la antigua Torre de Hércules grabada.

Una de las fuentes más espectaculares de la ciudad es la de Curros Enríquez, situada en los jardines de Méndez Núñez. El poeta está acompañado por figuras de mujeres y hombres a ambos lados, todos con ropas y útiles de labranza y del mar. También hay una vaca, un niño y hasta un caballo. “Todo el conjunto está rematado por medio de una figura frontal de mujer que eleva sus brazos al cielo señalado con la palma de sus manos”, explica Fernández Caamaño. No demasiado lejos de esta se encuentra el estanque de Méndez Núñez, acompañado por el monumento a Concepción Arenal.

Simbolismo
Entre el agua de las fuentes fluye mucha historia relacionada con diversos acontecimientos de relevancia para la ciudad. Si las antes mencionadas son las más antiguas o de mayor belleza, otras también son importantes para los ciudadanos por otros motivos.

Este es el caso de la fuente de Cuatro Caminos, epicentro de las celebraciones de los aficionados del Deportivo. En los últimos años goza de mayor tranquilidad, pero en la década de los 90 y del 2000 congregó a miles de deportivistas que festejaron títulos de Liga, Copa del Rey y Supercopa, el nacimiento del “Súper Dépor”, ascensos e incluso tras el fallo del penalti de Djukic que dejó a la entidad sin su primer título liguero.

Entre los coruñeses también existen otras fuentes con alto valor simbólico y que figuran entre sus favoritas como la fuente de los Surfistas en el Paseo Marítimo.

Esta es una de las más fotografiadas por vecinos y turistas durante sus paseos. La de las Pajaritas o la de la plaza de Portugal, con sus gaviotas, también son de las más conocidas por su ubicación estratégica. Mientras, la de la plaza de la Palloza cuenta con una estatua en homenaje a las cigarreras de la Fábrica de Tabacos.

Las zonas verdes más recientes de la ciudad como los parques de Bens, monte de San Pedro o Adolfo Suárez también cuentan con reductos para el agua. En estos casos la tendencia es hacia la creación de estanques, aunque en el parque de Bens también hay una cascada.

Esta caída de agua no es tan espectacular como la del Palacio de Congresos, sin lugar a duda una de las más singulares de la ciudad por su ubicación y dimensiones.

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