La hostelería cierra tras una jornada de cariño de los clientes

La hostelería cierra tras una jornada de cariño de los clientes
El Mesón Os Castros seguirá funcionando a domicilio | javier alborés

Los establecimientos de hostelería de la ciudad cerraron ayer por la noche sus puertas para dar comienzo al mes de restricciones implantado por la Xunta para tratar de frenar la curva de contagios por Covid-19. 

El anuncio, que se hizo el pasado miércoles, forzaba a la hostelería a cesar su actividad a partir de las 15.00 horas de ayer, pero finalmente se retrasó hasta la medianoche. Unas horas que sirvieron al sector para despedirse temporalmente con el cariño y el apoyo de los clientes, que se volcaron con los locales para aprovechar hasta el último momento del día. “Para hoy al mediodía tenemos casi todas las mesas reservadas”, comentaba ayer Lourdes Botana, del Mesón Os Castros. 

Desde este restaurante, los ánimos han llegado por parte de la clientela desde el mismo miércoles, por lo que se niegan a cerrar del todo y mantendrán el servicio de comida a domicilio, algo que no hicieron en la cuarentena. “El jueves fue un día de muchísimo trabajo. Vamos a mantener la cocina porque somos autónomos y tenemos que subsistir, ya que toda la familia vivimos de esto y no tenemos otra fuente de ingresos”, explica Lourdes, quien añade que afronta “con ilusión” este servicio de comida a domicilio. 

Un espacio de reunión
El anuncio del cierre de su mesón no le cogió tan de sorpresa como el fin de semana pasado, cuando se anunció el cierre perimetral y las limitaciones por el Día de Difuntos. “Esos días perdimos mucha mercancía y reservas de producto que había realizado gente de otros municipios”, dice. Ahora, tras la despedida de sus clientes hasta el mes que viene, reconoce que todos lo echarán de menos. “Aquí no vienes por comer o beber, sino para estar con gente y evadirte de tus problemas. Es un sitio donde reunirte con las personas”, comenta.
En el centro de la ciudad, concretamente en La Marina, se encuentra Abica, cuyo propietario es el portavoz de los hosteleros de La Marina, Antón Sáez. “Mucha gente tenía ganas de despedir la hostelería y tomarse las últimas cañas. Los comentarios de los clientes son de apoyo, ya que consideran que nuestros establecimientos son seguros”, asegura, mientras agradece todo este cariño de la gente. En cuanto a las ayudas anunciadas por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, Sáez no se muestra especialmente positivo. “Las ayudas tienen que ser suficientes, rápidas y justas, y no son ninguna de las tres cosas”, afirma. 

Las ayudas
La justificación: “Por mucho que digan que el importe puede llegar hasta 7.000 euros, no va a ocurrir, porque si se divide el total entre el número de licencias, no llega a esa cifra; se dice que va a ser rápida pero hasta finales de mes no va a salir el DOG con su publicación, y luego hay que esperar a que se tramiten y se paguen”, explica el portavoz de los hosteleros de La Marina, quien adelanta que la concentración que tendrá lugar hoy a las 12.00 horas en María Pita “tendrá un gran seguimiento, al igual que todas las que vengan a partir de ahora”.

Todas estas muestras de apoyo también llegaron a la pizzería de la calle de la Franja La Saporita. “Teníamos reservas para ayer y la gente de la zona nos pregunta si vamos a repartir a domicilio”, sostiene Brais Francesh, el propietario de este establecimiento. “Tenemos la fortuna de que tenemos un producto para llevar, pero otros compañeros no tienen esa suerte”, manifiesta con tristeza.

Por otra parte, Bonilla a la Vista anunció ayer que mantendrá abierta sus churrerías de la calle de la Galera, calle Barcelona y Juan Flórez, ya que “un buen chocolate con churros es la receta ideal para mantener el ánimo alto en estos tiempos complicados”. Lo harán, sin embargo, en horario reducido (de 08.00 a 12.00 horas y de 18.00 a 21.00 horas) y solo con servicio de recogida, sin atención en el propio local. También tendrá servicio a domicilio. Los tres locales contarán con las máximas medidas de seguridad para garantizar que los clientes que decidan acercarse a recoger su desayuno o merienda puedan contar con todas las garantías.

La Asociación de Emprendedores de Galicia (Ascega) inició ayer una campaña en la que responsabiliza a los responsables políticos de la “muerte” del tejido productivo de la ciudad. “De nuevo el sector público carga todas las consecuencias de sus malas decisiones sobre el sector productivo”, denunció el presidente de la entidad, Alfonso Salazar.

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