“Mi perro-guía es lo más seguro que tengo para caminar”

“Mi perro-guía es  lo más seguro que tengo para caminar”
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En su disco duro de perro tiene grabadas hasta 500 frases y no titubea ni un momento cuando su dueño le manda conducirlo a El Corte Inglés o a tomar una caña. Llevan cuatro años unidos por un arnés que a José Manuel Paz le ha supuesto una seguridad absoluta en el momento en que pisa la calle. A día de hoy, el discapacitado visual se encuentra mejor que con su mujer de la mano porque su capacidad de orientación es inmensa.
Su perro-guía tiene controlados todos los semáforos de la ciudad. Se adelanta al color verde porque aunque no reconoce las tonalidades, “percibe un sonido muy suave que emiten cuando van a cambiar”. Desde que se agarró por primera vez a él en 2011, José Manuel no ve el peligro más que con los coches eléctricos: “Es una situación muy grave la que estamos teniendo”. Y es que en todo este tiempo, “ya me dieron dos en pasos de peatones porque no los oyes”.
José Manuel agradece el apoyo de la ONCE desde que se quedó sin visión en 1995 y “fueron todo apoyos” hasta cuando fue a Boadilla del Campo a por su flat coated retriever, una raza dócil con un carácter muy cariñoso. El amo de Heroi se pasa casi una hora aseándolo antes de bajarlo. Cuenta que los perros-guías necesitan controles estrictos del veterinario y al igual que se gradúan cuando llegan al tope de conocimientos para ser buenos pilotos, también se jubilan: “Suelen estar doce años trabajando”.
En caso de que los canes terminen su vida laboral, José Manuel señala que siempre tienen preferencia los que ya tuvieron uno a su cargo porque una vez que se acostumbran a ellos, es muy difícil regresar al bastón.
Los cuatros años de espera para tenerlo en casa merecieron la pena: “Es lo más seguro que tengo para caminar”, señala, en una ciudad a la que le pide más semáforos con avisos sonoros y menos obras, que entorpecen su paseo diario. Aun así, Heroi sortea obstáculos, conoce al dedillo las rutas que encara su dueño y atraviesa las calles siempre en línea recta.
De hecho, es reticente a cruzar si no lo ve fácil. Heroi fue el primero en observar el techo más bello del mundo. A pocos pasos de José Manuel, contempló la Capilla Sixtina de Miguel Ángel en un viaje donde fue capaz de llevar a su dueño y su mujer a un parque sobre el adoquín romano para mandarlos de vuelta a la habitación del hotel. Con mucha más fiabilidad que un GPS.

“Mi perro-guía es lo más seguro que tengo para caminar”

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