El alcalde achaca el nuevo botellón de la Colegiata a jóvenes venidos de fuera

El Ideal Gallego-2011-08-06-007-9b52bf33

  abel peña > a coruña

  El alcalde de A Coruña, Carlos Negreira, trató ayer de silenciar las críticas que habían suscitado desde la oposición la denuncia de la presidenta de los vecinos de la Ciudad Vieja. Rosa Quiroga aseguraba que el botellón ha regresado a su barrio, concretamente, a uno de sus lugares más emblemáticos, la Colegiata. Y Negreira ha respondido que los jóvenes que los vecinos ven consumiendo alcohol en la escalinata “vienen ocasionalmente a la ciudad y no conocen las ordenanzas” y recuerda que, en todo caso, la Policía Local cuenta con un servicio específico para vigilar el botellón.  
Se trata del grupo “R”, que patrulla las calles coruñesas del centro durante toda la noche, prestando especial atención a zonas donde se congregan jóvenes ansiosos de vaciar botellas en plena vía pública. El diagnóstico policial coincide con el del alcalde: la Colegiata no ha perdido la tranquilidad que ganó tras ser designada como Zona de Especial Protección (ZEP) aunque “puede haber un grupo de tres o cuatro alguna noche, pero son gente despistada que no saben que ahí no se puede celebrar el botellón”.
Igualmente tranquilas siguen estando otras zonas emblemáticas de este fenómeno, como la plaza de Azcárraga o la de del Humor. Los fines de semana, por supuesto, el servicio es más complicado, pero desde el 092 reconocen que ha habido un antes y un después desde que el anterior gobierno bipartito implantara las ZEP y que esta prohibición no ha perdido efectividad.

Pasividad > Pero lo cierto es que existen opiniones encontradas con respecto al control policial del ocio nocturno. Mientras que el presidente de los comerciantes de la zona Obelisco, Antonio Amor, mantenía que tanto sus agremiados como los vecinos de la calle Real habían notado una sensible mejoría, Quiroga sostiene que existe “pasividad” por parte del municipio a la hora de hacer cumplir el reglamento.
La representante vecinal asegura que no solo la Colegiata de Santa María, sino también la plaza de Azcárraga y la calle de Zapatería, en la que se encuentran varios bares y locales nocturnos, ha vuelto a ser invadida por la movida nocturna, a pesar de que, como toda la Ciudad Vieja, también tienen la calificación de ZEP.
Los vecinos también afirman que dos de estos locales permiten sacar a la calle la bebida, lo que sería una violación de las ordenanzas del Ayuntamiento. “Esperamos que no se repita este fin de semana”, añade. Y tanto socialistas como nacionalistas la secundan, pidiendo a Negreira que “cumpla la ley que él mismo votó en el Parlamento gallego y que ponga fin al botellón”, sobre todo porque ambos consideran que el problema había desaparecido durante el bipartito, así que, si ha regresado, no puede achacarse más que a gestión del actual alcalde.
En cuanto al argumento de que el supuesto resurgimiento del botellón se reduce a un puñado de jóvenes no residentes que desconocen las normas de la ciudad en la que pasan el verano, ni el PSOE ni el BNG lo contemplan. Los nacionalistas sostienen que el alcalde “no puede obviar las denuncias de los vecinos y menospreciarlas, sin más, calificándolas de hechos puntuales”.


 

El alcalde achaca el nuevo botellón de la Colegiata a jóvenes venidos de fuera

Te puede interesar