El Depor se inmola

El Depor se inmola

El Deportivo puso el peor broche posible al 2017 y se comerá el turrón instalado en puestos de descenso.
Después del repaso sufrido hace una semana en el Camp Nou, la escuadra blanquiazul exhibió de nuevo una falta de intensidad alarmante y cayó goleado en Riazor en un derbi que se antojaba fundamental para el futuro herculino, puesto que a la vuelta de las vacaciones de Navidad espera un auténtico ‘Tourmalet’, con los enfrentamientos con Villarreal, Valencia y Real Madrid.

Ni siquiera el rey de los duelos en Galicia parece enchufar a un Depor blando y que ayer encajó su octavo gol de la temporada en el primer cuarto de hora de partido. Es más, el Celta, que salió a morder, tan solo necesitó tres minutos y 2 segundos para asestar su primera dentellada a la escuadra coruñesa en una acción que evidenció los enormes problemas defensivos de los coruñeses. Fallos que ya se producían con Pepe Mel, pero que no se han corregido lo más mínimo con Cristóbal.

Pione Sisto, sin ninguna oposición, puesto que Carles Gil no estaba donde le correspondía, tuvo todo el tiempo del mundo para, desde la banda izquierda, levantar la vista y sacar un centro medido que Wass remató a placer desde el área pequeña, donde Adrián le marcaba un metro por detrás. Resultado: Rubén no pudo hacer nada para detener el primer gol celeste. Pese al durísimo golpe, el cuadro herculino se levantó de la lona y buscó reaccionar, pero sin demasiada convicción ni juego. En el minuto 5, Çolak remató desde la frontal del área, pero Rubén Blanco despejó el balón, que cayó a Carles Gil, que efectuó un centro-chut que llegó mansamente a las manos del meta del cuadro olívico. La mejor jugada local se produjo en el minuto 15, cuando Lucas Pérez asistió magistralmente a Adrián, que recortó a Hugo Mallo hacia dentro y disparó con su pierna derecha, pero el esférico no encontró la portería.
Tras dos nuevos avisos, con un centro de Juanfran que se paseó por el área pequeña sin que nadie conectara, y un chut de Guilherme que se marchó desviado por poco, Schär estuvo a punto de igualar el encuentro. Pero el remate del central suizo en boca de gol, tras un saque de esquina de Lucas Pérez, lo taponó Hugo Mallo, que evitó el 1-1.

Quien no falló fue el Celta a cinco minutos para el descanso. De nuevo, en un error defensivo garrafal. Al equipo de Juan Carlos Unzué le bastaron tres toques para hacer el 0-2. El portero Rubén Blanco sacó en largo, el balón lo despejó mal de cabeza Sidnei, con lo que el esférico le cayó a Maxi Gómez, que se se internó en el área y sirvió el pase de la muerte a Iago Aspas, para que el ídolo celeste marcara a placer.
Dos llegadas de los visitantes al arco contrario en el primer tiempo y dos dianas que ponían muy cuesta arriba el encuentro para el conjunto de Cristóbal, que, pese al ridículo de su equipo en Barcelona, tan solo realizó un cambio respecto al once que alineó una semana antes, la titularidad de Luisinho en el lateral izquierdo en lugar de Navarro.

La puntilla
La segunda mitad arrancó como finalizó la primera, con un nuevo directo a la zona de flotación de los blanquiazules, que veían cómo sus deseos de remontada se convertían en una aventura prácticamente imposible.
En el minuto 50, el Celta metió el miedo en el cuerpo a los locales con una acción en la que, de no ser por el fuera de juego de Pione Sisto, habría permitido al danés plantarse solo ante Rubén.
Poco tiempo más tardó el cuadro celeste en marcar el tercer tanto. Iago Aspas, desde unos cinco metros fuera del área, lanzó un libre directo y se sacó un obús que entró pegado a la escuadra izquierda y que no logró detener el portero coruñés, que llegó a tocar el esférico con los dedos y que dio la sensación de que podía haber hecho algo más.

El conjunto blanquiazul se metió en el partido cinco minutos después gracias al gol de un futbolista que necesita reivindicarse y que podría abandonar el Deportivo en el mercado de invierno. El rumano Florin Andone, que apenas ha gozado de oportunidades desde la llegada de Cristóbal, entró en el campo en el minuto 46 y en el 59 aprovechó un mal despeje de la zaga viguesa para marcar la única diana blanquiazul.
El cuadro coruñés le metió una marcha más al partido, intentando hacer el segundo tanto, pero su juego no mejoró y las llegadas al área rival fueron con muy poco criterio. No así las del Celta, que estuvo a punto de dar un nuevo mordisco a la yugular herculina en el 79, cuando Maxi Gómez remató de cabeza un centro de Hugo Mallo, pero el balón se estrelló en el larguero.

Mucho tiene que cambiar el Depor a la vuelta del parón navideño si quiere abandonar la zona de peligro en la que habita desde ayer.

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