Los trabajadores de Nostián preparan nuevas medidas para endurecer la huelga

Los trabajadores de Nostián preparan nuevas medidas para endurecer la huelga
el piquete frente a la entrada de la planta de reciclaje continúa con su protesta quintana

Por segunda noche consecutiva, los camiones de recogida de Cespa se llevaron los desperdicios a la planta de Nostián sin que se registraran incidentes de ningún tipo. En esta ocasión fueron 228 las toneladas de basura que se recogieron, menos que las 235 del día anterior, lo que prueba que las bolsas de residuos ya no se acumulan en las calles, aunque todavía no se ha llegado a las 215 toneladas, la cifra habitual. Sin embargo, la huelga de la planta de reciclaje está lejos de llegar a su fin y hoy se reunirán los trabajadores en asamblea para debatir nuevas medidas e presión que podrían endurecer el conflicto. Y avanzan que estas se tomarán contra el Ayuntamiento y la empresa.
“Cando nos declaramos en folga, xa sabíamos que ía ser longa –aclaró Xosé Luis Vilariño, presidente del comité de empresa– e non queremos que a cidadanía se vexa afectada”. Por eso el piquete que se mantiene a las puertas de Nostián, la planta de reciclaje que gestiona Albada, ha disminuido su “vigilancia” sobre los camiones que entran y salen. Tampoco las patrullas policiales que les escoltan en sus rutas han detectado ningún acto vandálico de los que han abundado durante los diez días que ha durado esta primera parte de la huelga, como impactos de piedras contra los parabrisas o quema de contenedores.
El comité de empresa de Albada siempre ha condenado estos ataques, pero Vilariño advierte de que aunque la huelga ya no afecte a la recogida de basuras y por tanto, ya no sea tan visible para los ciudadanos, eso no significa que que los trabajadores hayan renunciado a sus exigencias, solo que pretenden que el conflicto no afecte tanto a la ciudadanía, sino al Ayuntamiento y a Albada. “Para nós é a mesma cousa”, sentenció Vilariño .

mediación sin fruto
El endurecimiento del conflicto laboral parece inevitable si las negociaciones entre la dirección de la empresa y el comité que representa a los trabajadores no llegan a buen puerto, y tras tres reuniones llevadas a cabo bajo la mediación del AGA que terminaron sin un acuerdo, la salida negociada no parece cercana. Ambas partes se acusan de enrocarse en sus posiciones, sin que los servicios públicos de conciliación laboral hayan conseguido sacarles de ellas.
Albada pretende negociar un convenio a la baja con reducción de salarios ante el descenso en la carga de trabajo, mientras que los empleados consideran que la reducción del 8% del sueldo que plantea la empresa podría llegar hasta el 18% a efectos prácticos, algo que no están dispuestos  aceptar, y exigen la vuelta de los once compañeros que fueron despedidos. La congelación salarial, que parecía a punto de aceptarse, fue rechazada por los trabajadores cuando la empresa matizó que solo estaría en vigor lo que queda del año, y que para el siguiente se abría la posibilidad de una reducción en el sueldo dependiendo de las circunstancias económicas.
Hoy por hoy, empresa y trabajadores esperan que el AGA los convoque a una nueva reunión. De no darse esta, o acabar sin acuerdo, no quedaría más remedio que acudir al arbitraje. Pero todavía no se sabe cuándo podría ocurrir eso y mientras, como dice Vilariño, la huelga de la planta de reciclaje se prevé que se alargue durante el verano.  n

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