El viernes, día sagrado del islam, es también el día de las peleas de perros en las colinas de Mir Bacha Koot, en el norte afgano, donde se congregan cientos de aficionados indiferentes a los intentos oficiales por prohibirlas.
Todas las semanas, en esta zona de la provincia de Kapisa, se enfrentan, a menudo hasta la muerte y de manera sangrienta, entre diez y veinte perros, mientras el público se dedica a apostar por la victoria de su can favorito.
Apuestas > “Empecé a entrenar perros de lucha cuando tenía diez años”, cuenta el criador Wahidulá Rahimi, de 30 años, que posee cinco y que explica que “las apuestas pueden llegar a ser de 10.000 dólares”.
“Para mí es una manera de lograr ingresos, pero al mismo tiempo disfruto con el juego”, añade. Rahimi lleva sus perros cada semana a Mir Bacha Kot, a donde suelen desplazarse personas de bajo estatus social, pero también empresarios.