Una marcha racista en Virginia desata la violencia y deja un muerto

Un vehículo irrumpió ayer contra un grupo de personas en Charlottesville (Virginia, EEUU), donde se produjeron choques violentos por una marcha de supremacistas blancos, y dejó un muerto y varios heridos de diversa gravedad, informó el alcalde de la ciudad, Mike Signer. “Estoy desolado de que se haya perdido una vida aquí. Urjo a toda la gente de buena voluntad que se vaya a casa”, dijo Signer en Twitter.
El automóvil arrolló a un grupo de personas que se manifestaban contra la marcha supremacista, y el conductor ya fue detenido.
Fuentes hospitalarias del Centro Médico de la Universidad de Virginia confirmaron que una persona había fallecido tras el atropello y otras 19 estaban recibiendo tratamiento tras haber resultado heridas.
En una breve comparecencia, el presidente estadounidense Donald Trump reprobó los “violentos” hechos ocurridos en la ciudad de Charlottesville, sede de la Universidad de Virginia y situada algo más de 300 kilómetros al suroeste de Washington. “Condenamos en los términos más contundentes esta atroz muestra de fanatismo, racismo y violencia por múltiples partes. Múltiples partes”, indicó Trump en una declaración desde Bedminster (Nueva Jersey), donde pasa sus vacaciones de verano.
Trump matizó, no obstante, que “esto ha estado sucediendo por mucho tiempo en nuestro país –no con Donald Trump, no con Barack Obama–” y “no tiene cabida en EEUU”.
El mandatario no hizo referencia expresa a los supremacistas blancos que organizaron el acto, pese a que la marcha contó entre sus participantes a conocidas figuras de la derecha nacionalista de Estados Unidos, como David Duke, antiguo líder del Ku Klux Klan. “Vamos a cumplir con las promesas del presidente Trump y retomar el país”, dijo Duke en declaraciones recogidas a la emisora CNN momentos antes de conocerse el mortal atropello.
El suceso ocurrió poco después de que el gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, declarara el estado de emergencia en la ciudad por los enfrentamientos entre participantes en la marcha y opositores. La polémica concentración “Unir a la derecha” se organizó para protestar contra el derribo de la estatua del general confederado Robert E. Lee, símbolo de la era esclavista del sur de Estados Unidos, tal y como habían ordenado las autoridades de la ciudad.
La manifestación fue descrita como “el mayor encuentro de odio de su clase en décadas en Estados Unidos.”, según el Southern Poverty Law Center, un grupo que investiga a los que fomentan la violencia racial. l

Una marcha racista en Virginia desata la violencia y deja un muerto

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