El desplome de dos plantas de un edificio ruinoso del barrio histórico de A Magdalena provocó daños de consideración en un comercio situado en el bajo, en el que en ese momento había dos personas que, por suerte, resultaron ilesas. El alcalde, Vicente Irisarri, aseguró que el Concello llevaba meses sin poder realizar la inspección técnica del edificio siniestrado por la negativa de su propietario.
El suceso se produjo en torno a las once de la mañana de ayer en el edificio de cuatro plantas correspondiente a los números 227-229 de la céntrica calle Real, en las inmediaciones de la plaza de Amboage. El inmueble, de aspecto ruinoso, está deshabitado, pero en la planta baja se encuentra un negocio de máquinas de coser.
Según la información recogida al respecto, a causa de la humedad se derrumbó parte del forjado del segundo piso y, por efecto dominó, se desplomó también el del primero. Los cascotes cayeron en la parte de la entrada del establecimiento comercial, en un momento en el que el dueño del negocio y un cliente se encontraban en la parte posterior de la tienda, por lo que no sufrieron daños.
De inmediato se dio aviso a los bomberos municipales y a la Policía Local, que acordonaron la zona y procedieron al apuntalamiento de las zonas más sensibles del inmueble para evitar nuevos desprendimientos.
El alcalde de Ferrol, Vicente Irisarri, también se desplazó al lugar de los hechos junto con el concejal de Obras, Gerardo López Castrillón, y el arquitecto del Concello, Felipe Martínez Cotovad.
El regidor local explicó que hace meses que el Concello intenta sin éxito realizar una inspección técnica del edificio en base al convenio de colaboración suscrito hace ya tres años entre la Administración local y el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia. Este concierto permite realizar los oportunos informes técnicos sobre edificios en avanzado estado de deterioro, con el fin de constatar las obras de seguridad que debe realizar en cada caso el propietario.
Sin embargo, en este edificio, y según apuntó Vicente Irisarri, el Concello no pudo llevar a cabo la inspección, debido a la negativa del propietario único del inmueble. De ahí que en la actualidad se estuviesen realizando los trámites para solicitar una orden judicial que permitiese la entrada en el edificio.
Además de los servicios de emergencia, en la mañana de ayer también se personaron en el lugar del percance los técnicos municipales del departamento de Urbanismo, que analizaron el estado del inmueble y notificaron al propietario lo ocurrido. Así, se constató la necesidad de apuntar el edificio, tareas para las que se le concederá un plazo prudencial al dueño. De no tener confirmación por parte del mismo, los trabajos serán acometidos de oficio por el Concello, cargando el coste de los mismos a la propiedad.
Propiedad > El inmueble en el que se produjo el desplome es propiedad del conocido abogado laboralista Benigno Sánchez Ares, quien, consultado por este periódico, negó no haber permitido la realización de la inspección técnica por parte del Concello. No diré que es una mentira lo que dice el alcalde, porque no me gusta utilizar esa palabra, pero sí que es una contestación política, manifestó el dueño del edificio, añadiendo que sí lo había permitido, además de haber acudido al Concello todas las veces que lo llamaron.
Benigno Sánchez insistió en que no se negó a la inspección, porque no tengo nada que ocultar, apostilló, reconociendo que, efectivamente, la casa está en malas condiciones. Preguntado sobre los daños ocasionados en el establecimiento comercial del bajo y la existencia o no de seguro en el edificio, rehusó pronunciarse al respecto.