La dársena de Repsol recibirá al menos un millón de toneladas de crudo al año

La dársena de Repsol recibirá al menos un millón de toneladas de crudo al año
11 octubre 2013 / 16 octubre 2013 página 5 A Coruña.- El Puerto sellará el próximo lunes el traslado de Repsol a punta Langosteira Las instalaciones de la patrolera en el muelle de San Diego

Repsol tiene pensado sacarle un buen provecho a su instalación en Punta Langosteira. De hecho, según recoge el proyecto básico de la compañía para ejecutar su muelle de descargas, la refinería calcula que manejará “un volumen mínimo de descarga de un millón de toneladas de crudo al año”.
Sobre este producto indican que se tratará de petróleos ligero, medio, pesado y extrapesado. Un material que se transportará hasta la refinería a través de un poliducto que cuenta con una anchura útil de doce metros. A su vez, esta instalación está dividida en doce tuberías, “dos de crudo y el resto para usos futuros”, indican en la memoria.
Toda la superficie que necesitará Repsol para realizar las diferentes operaciones en la dársena suma un total de 46.229 metros cuadrados.
Pero la compañía petrolera necesitará mucho más espacio en el mar. Los cálculos que realiza es que el “total de lámina de agua” que ocuparán será de 59.095 metros cuadrados. De ellos, 20.000 corresponden a la propia infraestructura del pantalán. El resto, es el espacio que necesitarán los grandes buques que atracarán en este muelle para maniobrar con seguridad.
De hecho, la pretensión de Repsol es que en este enclave arteixán operen buques que cuentan con un tonelaje de porte bruto de entre 30.000 y 200.000 toneladas métricas. Sobre los modelos concretos indican que los de mayor capacidad serán los Very Large Crude Carrier que cuentan con una eslora de 341 metros por 54,8 metros de manga. Los más pequeños, tienen una superficie de más de la mitad que los anteriores, con 188 metros de largo por 30,4 de ancho.

Impactos
Dada la envergadura de la obra, los técnicos cuentan con que se produzca algún impacto ambiental. Sin embargo, esperan que sean mínimos y los ciñen a un “impacto sobre la calidad del agua”, en la que se producirán episodios de turbidez.
En esta situación se encuentra la banqueta de escollera, que afectaría a las aguas interiores del puerto. Por otra parte, el material necesario para construirla tendrá que proceder del “desmonte del propio puerto o bien de canteras autorizadas”. Añaden a los problemas que ocasionará esta obra, la contaminación atmosférica por el polvo, además del ruido.
Respecto al agua, también supondrá un problema el relleno de cajones, que procederá del dragado de la propia dársena, explican en el proyecto elaborado por Repsol.
El resto de construcciones, como los cajones de hormigón armado, la superestructura y galería, el equipamiento e instalaciones o el rack de tuberías no tendrá ningún incidencia sobre el medio ambiente.
Enumeran a mayores, y solo en el caso de que se produzca un accidente, la posibilidad de que se produzcan vertidos de aceites por la maquinaria de la obra u hormigones.
Una vez que comience la explotación de la instalación portuaria, los técnicos detallan una serie de medidas a tomar para no tener que lamentar, sobre todo, vertidos al mar.
Por ejemplo, construirán una especie de pozo para recoger “un volumen de aguas sucias equivalente al de la pluviometría media en 36 horas”. A su vez, también contarán con barreras de contención de derrames de hidrocarburos de arriado rápido, tal y como explican en el documento. n

La dársena de Repsol recibirá al menos un millón de toneladas de crudo al año

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