“Me hice bailarín atraído por las danzas españolas”

“Me hice bailarín atraído por las danzas españolas”
Un total de 38 bailarines representarán el clásico el viernes y el sábado

Fue la pareja de baile de Maya Plisetskaya durante muchos años y dirige desde hace 24 primaveras el Russian National Ballet, que representará “La Bella Durmiente” el viernes y el sábado, a las 20.30 horas, en el Colón. Sergey Radchenko se hizo bailarín atraído por las danzas españolas. Hipnotizado por su temperamento y pasión, quiso saber más sobre ellas y aunque la escuela tradicional rusa tiene sus orígenes en los movimientos de estos bailes, “hay que ser español” para dominarlas.
La compañía viene con un clásico porque “a la gente le gusta saber lo que ve”. La obra está reducida a dos actos, donde Sergey conserva los puntos fuertes de la trama y “cortamos los flojos” para que la pieza no se alargue hasta las cuatro horas y media. El responsable admite que puede que haya gente que no lo entienda, sobre todo, cuando se trata de música del gran Tchaikovsky, pero “tengo que adaptarme a lo que quiere el público” y la butaca tiene prisa.
Después de haber pisado por primera vez España en 2012 con la “Grand Gala Tchaikovsky”, con fragmentos de los principales ballets rusos, la agrupación regresa con un título completo. Que varía según la ciudad. En este caso, “La bella durmiente” inyectará al auditorio de clásico puro del siglo XIX, sobre las líneas de una historia conocida que hoy están haciendo película en Hollywood. Al mismo tiempo, el Centro Coreográfico Galego prepara una versión del cuento para febrero en una adaptación al momento actual de la exbailarina Christelle Horna y la directora Mercedes Suárez.
Antes, los espectadores coruñeses tendrán la oportunidad de verlo a través de la expresión de 38 profesionales con la experiencia en sus piernas de salir cinco veces a escena y cambiarse de ropa a la velocidad de la luz.
Y es que al contrario de los grandes teatros como el de Bolshoi, compuesto por 200 profesionales y donde trabajó Radchenko durante 25 años, los del Russian National Ballet “pueden bailar solos y con el cuerpo de baile” a lo largo del espectáculo, señala su director.
Desde que Sergey se calzaba las zapatillas de ballet hasta hoy, la danza –asegura– ha perdido en disciplina, pero ha ganado en técnica: “Los jóvenes son muy perezosos” y se ha desarrollado más la danza moderna, desde un lado más deportivo.
Sin embargo, para el profesional “es una fiesta del cuerpo, no solamente un deporte”. Son emociones y para bailar clásico “es necesario entrenar y prepararse mucho”. A diferencia de las grandes compañías, Sergey apunta que “podemos llegar a cualquier sitio de España”. Y esa es la intención.
El fundador asegura que para ellos es una gran responsabilidad actuar aquí porque el país “siempre fue una potencia en danza” y porque la base de su pastel tiene origen española. De los que se refugiaron en Rusia para enseñar lo que sabían hace 300 años. Y animaron las fiestas en palacio con danzas cortesanas.

“Me hice bailarín atraído por las danzas españolas”

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