Reportaje | Los centros de recreo y escuelas de la emigración, un patrimonio único que sigue vivo en As Mariñas

Reportaje | Los centros de recreo y escuelas de la emigración,
un patrimonio único 
que sigue vivo en As Mariñas

“La escuela es la que realizará la ansiada transformación de nuestra patria: Galicia”. Este era uno de los argumentos esgrimidos por la emigración para impulsar la construcción de centros de instrucción y recreo que, cien años después, siguen aportando conocimiento a la ciudadanía de As Mariñas.
Durante los primeros decenios del siglo pasado, de los puertos de Vigo y A Coruña salieron cientos de miles de personas rumbo a América. En Buenos Aires, Nueva York o La Habana encontraron, además de prosperidad, ideales de progreso que pronto empezarían a aplicar ellos mismos en sus municipios de origen, bien a título personal, como Juan María y Jesús García Naveira o Manuel Naveira González y su esposa Matilde Golpe en Betanzos, o bien como colectivos, a través de sociedades como las de Sada y Bergondo y sus Contornos en Nueva York. Porque garantizar el porvenir de sus descendientes se convierte en una obsesión para los emigrantes, que acaban convirtiéndose en uno de los pilares de la modernización social y económica de Galicia.

Cultura
El papel de la emigración transoceánica en los procesos de alfabetización y actualización del país cobra especial relevancia en Betanzos, donde el esfuerzo de los Hermanos García Naveira, a través de actuaciones individuales o compartidas (incluirían un patronato benéfico-docente, una residencia de ancianos, un hogar para niñas discapacitadas y un grupo escolar de titularidad municipal, además del Parque El Pasatiempo, con un propósito didáctico) permitieron a la capital betanceira situarse en una posición destacada entre las ciudades con índices culturales más elevados, según un estudio realizado hace unos años por la Unión Europea.
Emigrantes en Argentina, entre los últimos años del XIX y los primeros del XX, volcaron su capacidad económica en su ciudad donde, además de escuela y asistencia, aportaron empleo, escaso entonces en Galicia. Acusados de ponerse al servicio de las clases más humildes, en abierta contradicción de las elites más conservadoras, promovieron cultura, educación y valores a su municipio y a As Mariñas Betanceiras.
En la actualidad, son motivo de orgullo para su ciudad, a la que “vigilan” desde su pedestal del antiguo “Campo da Feira”, ahora plaza de los Irmáns García Naveira.

Valores
Desde Nueva York, sadenses y bergondeses enviaron los recursos necesarios para levantar sendos centros que, a pesar del tiempo transcurrido, siguen siendo paradigma de éxito y de constancia: el Sada y sus Contornos y A Senra. Este último no sin padecimiento pues, tras sesenta y cuatro años de opacidad, treinta de pugna y seis de recuperación, el 28 de abril de 2007, el centro inaugurado el 12 de julio de 1936 e incautado meses después por los golpistas, reanudó la actividad cultural y educativa para que la que había sido construido gracias a las aportaciones de decenas de ciudadanos que, habiéndose instalado en Nueva York, nunca olvidaron Bergondo. Cincuenta dólares por socio, los equivalentes al salario de un mes en plena crisis económica, en vísperas del “Crack del 29”.
La historia del actual CEIP de Sada y sus Contornos se escribe en términos similares, aunque en su caso, a pesar de aciagos episodios como una quema de libros, un intento de venta o su uso como acuartelamiento militar durante las estancias de Franco en Meirás, no hubo que esperar tanto para ver consumada La Transición.
En municipios como Coirós se crearon hasta tres escuelas, y en Bergondo, además de la de A Senra, abrieron otra en Lubre. La Unión de Residentes del Ayuntamiento de Curtis en Buenos Aires promovió la Escola de Teixeiro. l

Reportaje | Los centros de recreo y escuelas de la emigración, un patrimonio único que sigue vivo en As Mariñas

Te puede interesar