La salud económica del Deportivo mejora, pero el club sigue en la Unidad de Cuidados Intensivos, lastrado por la herencia de la anterior gestión.
“A 30 de junio de 2015 la Sociedad arroja un déficit patrimonial de 90.571.659,20 euros (97,64 en el ejercicio anterior), incurriendo en una de las causas de disolución contempladas en el artículo 363 de la Ley de Sociedades de Capital, a no ser que el capital social aumente o se reduzca en la medida suficiente para restablecer el equilibrio patrimonial”, sostiene el informe que de la auditora Auren y que está a disposición de los accionistas desde esta semana.
El Deportivo se apoya en los ingresos de Primera División y el respaldo de su accionariado y sus abonados para mantenerse con vida. “Los administradores esperan que el apoyo financiero que reciban de sus accionistas y de terceros, fundamentalmente a través de la ampliación de capital en curso; la refinanciación de la deuda; y su capacidad para generar beneficios y recursos suficientes, le permitan atender sus deudas y realizar sus activos en el curso normal de su actividad”, apunta el informe que firma María Mercedes Silvestre.
La continuidad del Deportivo está “sujeta fundamentalmente”, sostiene la auditora, “a la permanencia del primer equipo en las categorías profesionales de la Liga y al cumplimiento de pagos establecidos en el convenio aprobado en el concurso de acreedores y de los acuerdos con la Agencia Tributaria y las entidades financieras”.
La auditora da credibilidad a las cuentas del Depor, si bien destaca una salvedad, la cesión de los locales comerciales de Riazor a sociedades del grupo sin contraprestación alguna. “Puede considerarse equivalente a un trasvase de recursos a dichas sociedades dependientes”, señala el informe.
El Deportivo tiene un activo de 25,84 millones de euros (20,73 en 2014) y un pasivo de 102,80 millones. De esa cantidad, la deuda a largo plazo se sitúa en 89,82 millones y a corto plazo se queda en 8,05.
Su cifra de negocio la temporada pasada ascendió a 30,78 millones de euros, de los que 18 provienen de la televisión.
Con esos números, el Deportivo obtuvo 6,32 millones de euros de beneficios por los 22,86 del ejercicio anterior. La explicación es sencilla. En el de la temporada 13-14 se contabilizaron cerca de 40 millones en concepto de ingresos financieros derivados del convenio de acreedores correspondientes a la quita e intereses que evitó con el concurso.
Además, el Deportivo ha introducido en sus cuentas algunos ajustes de la reformulación de las cuentas de los dos periodos anteriores.
En la memoria que también se les facilita a los accionistas, la auditora señala que el Deportivo “está cumpliendo puntualmente con las obligaciones derivadas del convenio de acreedores” en que está inmerso.
imagen fiel
Auren explica también que “las cuentas muestran la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y de los resultados de la sociedad, así como la veracidad de los flujos de efectivo”.
Sostiene, además, que “existen algunas circunstancias que dificultan la capacidad de la sociedad para seguir como empresa en funcionamiento, siendo compensadas por otras circunstancias que mitigan las dificultades”. En este sentido, la auditora hace hincapié en la herencia que ha recibido el actual Consejo de Administración.
“En el proceso concursal afloraron una serie de defectos u omisiones contables que una vez reformuladas las cuentas anuales del periodo 13-14 por parte de los administradores concursales arrojan un patrimonio negativo que queda reflejado en el balance de situación y que dista enormemente de la situación de equilibrio que presentaba el antiguo consejo en 2011-12”. Mitigan esas dificultades “la aprobación del concurso, la renegociación de la deuda”, que permite hacer frente a ella, y los ingresos que supone estar en Primera y que “le permiten, con un riguroso control presupuestario, hacer frente a sus obligaciones”.
Además, la “sociedad cuenta con una amplia base de abonados y seguidores que le facilitan unos ingresos recurrentes”.
Por todo ello, “pese a ser el patrimonio neto negativo, bajo la legislación actual, si la sociedad continúa haciendo frente a las obligaciones del convenio, no hay motivo para instar a la disolución”.
Auren recuerda que “la actividad continuará sujeta al no descenso y permanencia del primer equipo más de tres temporadas en Segunda” y advierte de que el Consejo de Administración es consciente de que “si en las próximas temporadas el primer equipo se viese anclado en Segunda, la sociedad podría llegar a tener dificultades para hacer frente a sus pagos de deuda.