El primer día de restricciones transcurre entre llamadas al 092 pero sin ninguna incidencia

El primer día de restricciones transcurre entre llamadas al 092 pero sin ninguna incidencia

Cuando el reloj marcó ayer la medianoche entre el viernes y el sábado, el tiempo pareció dar marcha atrás en A Coruña, al restablecerse restricciones propias de la desescalada, después de que la Xunta reaccionara al aumento de positivos de coronavirus prohibiendo las reuniones de más de diez personas en lugares privados y obligando al cierre del ocio nocturno. La decisión había sido publicada en el DOG alrededor de las nueve de la noche, y en pocos minutos eran de dominio público. A la una de la madrugada, el 092 comenzó a recibir docenas de llamadas de ciudadanos que alertaban de que todavía había locales que no había echado el cierre, como marcaba la norma.

Sin embargo, según los propios agentes municipales, no encontraron a ninguno de los locales de ocio nocturno abiertos. “Se fueron a comprobar y todos cumplían. En algunos casos, nos llamaron a la una para decir que seguían abiertos”, señala un policía local. Hay que señalar que los pubs que tienen un horario más tardío ni siquiera llegaron a abrir, puesto que no les compensaba cerrar a la una. Los locales con licencia de cafetería concentran ahora la movida nocturna, sobre todo aquellos que tienen terrazas, y todos cumplieron “religiosamente”, en palabras de los agentes que formaban parte del dispositivo que inspeccionó los establecimientos.

La alcaldesa, Inés Rey, siempre ha optado por ser “implacable” en el cumplimiento de las normas de prevención. Ese mismo día se había cancelado la versión reducida del Festival Noroeste ante el aumento de casos, y se dio instrucciones a los agentes municipales para que vigilaran el estricto cumplimiento del toque de queda, pero no hubo lugar ni a una denuncia. “A la una y media, toda la ciudad estaba cerrada”, aseguran.

Tampoco se registró ninguna reunión de aficionados al botellón, práctica que, por otro lado, está prohibida desde hace semanas. Los agentes municipales recorrieron las zonas habituales donde se congregan los jóvenes provistos de botellas, como el centro deportivo de Los Rosales o el parque de Santa Margarita, sin ningún resultado, excepto para confirmar que la calma era total en la noche de ayer

Reuniones domésticas

Por otro lado, resulta más difícil controlar las reuniones domésticas a menos que generen ruido suficiente como para provocar que los vecinos alerten a la Policía Local. Esto no ocurrió durante la noche de ayer, cuando no se registró ninguna denuncia por este motivo. Sin embargo, los agentes municipales temen que se produzca un aumento de las fiestas domésticas como una consecuencia inevitable de las medidas adoptadas, una costumbre ya arraigada, puesto que la mitad de las llamadas por ruidos nocturnos las provocan las reuniones en pisos, y no los locales de ocio nocturno.

“La cuestión es que cuando se toma dos copas, la gente ya no respeta el distanciamiento social ni la mascarilla”, advierte un agente. En un local público, siempre se puede contar con la vigilancia de la gerencia, preocupada por la posibilidad de recibir la visita repentina de los policías locales, pero en una vivienda privada, esto es casi imposible. Aunque se trate de una reunión de solo diez personas como marca la nueva normativa, eso no evita que el contagio se extienda entre los allegados. Solo lo hará la responsabilidad personal.

Terrazas y María Pita

Durante el día, la jornada de ayer parecía ser la de la transición a las viejas restricciones, ya que terrazas y entornos que iban a acoger conciertos ultimaban sus últimas modificaciones o desmontajes de mobiliario.

Y es que en lugares como la plaza de María Pita, la imagen del día la protagonizaban los operarios que desmontaban y recogían el escenario del Festival Noroeste Estrella Galicia por el que, a lo largo del día, se iban a pasar Sara Sístole, Pardo y Victor Coyote, y que hoy albergaría las actuaciones de Zeltia e Irevire, The Bo Derek’s y Viuda Gómez e Hijos.

Precisamente estos últimos se iban a subir al escenario, que llevaba el nombre de Nonito Pereira, después de 28 años sin haber ofrecido un concierto, por lo que el de hoy era una fecha marcada en el calendario de muchos.

Por su parte, las ferias, como la del Libro y Mostrart, continuaban, y continuarán abiertas, ya que el protocolo de seguridad permite el tránsito por las mimas manteniendo las distancias de seguridad entre los asistentes.

Lo que sí falta en la Feria del Libro es alguno de los autores invitados para las sesiones de firma. Es el caso de Kiko da Silva, que anunciaba que no acudiría a dicha sesión “por responsabilidade” ante la situación creciente de casos positivos de coronavirus.

Por otro lado, en la mañana de ayer se podía ver también como los hosteleros ultimaban los cambios en sus establecimientos y terrazas para adaptarse de nuevo a la normativa anunciada el viernes por la Consellería de Sanidade. En concreto, los responsables de estos locales ubicaban de nuevo sus mesas para que solo se pueda completar el 50% del aforo que está ahora permitido. l

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