12º-17º
martes | 14 mayo | 2024
Por extraño que pueda parecer, los resultados que arrojan las mesas electorales trasladados a María Pita supondrían un sensible cambio en la composición de la corporación municipal. Con todas las salvedades, y tomándolo como un mero ejercicio matemático, Negreira revalidaría su mayoría absoluta, PSOE y EU sumarían un concejal más y el BNG sería el gran damnificado con la pérdida de dos de los cuatro ediles con que cuenta.
Diferencias > En número total de votos, el BNG es la única de las cuatro fuerzas representadas en María Pita que desciende. Los nacionalistas recibieron el domingo 634 papeletas menos que en las municipales. El PP incrementa en 11.956 sus apoyos y los socialistas, en 12.074. Esquerda Unida sigue subiendo y ha sumado 2.573 votos más que en mayo.
En términos generales parece exagerado que con una sangría de apenas 700 votos se puedan perder dos concejales, mientras que con un incremento de casi 12.000 el PP pase apuros para mantenerse en sus 14.
La explicación tiene dos claves: por un lado la abstención, y por otro los porcentajes. Pese al mito de que las elecciones locales son las más cercanas, y por tanto las que más interesan al ciudadano, en las municipales de mayo acudieron a votar 21.237 electores menos que el pasado domingo. La abstención pasó del 40,8 por ciento en las municipales al 30,1 en la generales.
En las filas socialistas están convencidos de que lo de mayo fue un “ataque de rabia” de los votantes
Techos y suelos > En los porcentajes está la solución definitiva del rompecabezas. La espectacular mayoría absoluta del equipo de Carlos Negreira en mayo se basa en el apoyo del 43,6 por ciento de los votantes, mientras que los 63.242 sufragios del domingo suponen un 45,41. El resultado, el mismo: 14 concejales.
Sin embargo el BNG ve como su fuerza se reduce del 12,05 de mayo al actual 9,73. Dos puntos y cuarto que le costarían el puesto a Ermitas Valencia y a Xan Caxigal.
Si sorprendente había sido la irrupción de César Santiso en el salón de Plenos gracias a un 6,02 por ciento de los votos –con un total de 7.075–, la labor de Esquerda Unida-Os Verdes recibe ahora un nuevo impulso con 9.648 papeletas y casi un punto porcentual más, un 6,94. De esta forma, en este juego virtual lograría el segundo concejal que se le escapó por muy poco y que hubiera sido algo más que una sorpresa.
Hasta aquí lo que los números y la no poco caprichosa Ley D’Hondt arrojan con la comparación de las dos citas electorales del año. La lectura global incorpora otras variantes de las que las cifras no entienden.
En el PSOE están convencidos de que lo sucedido en mayo fue un “ataque de rabia” de los votantes. “Es la primera vez que A Coruña votó para castigar”, comenta una fuente del partido. Pero, ¿castigar qué o a quién?
Los cinco concejales que se dejó el bipartito tras cuatro años de gobierno probablemente tengan la respuesta.
