Víctor centró el trabajo en los disparos a portería

El RC Deportivo retomó el plan de trabajo semanal ayer por la mañana en la Ciudad Deportiva de Abegondo, en una sesión de aproximadamente hora y cuarenta minutos en la que los blanquiazules potenciaron su puesta a punto física y también afinaron su puntería en el remate.
Con las únicas ausencias de los lesionados Fabricio, Borges y Fede Cartabia —los mismos de las últimas jornadas—, el equipo dirigido por Víctor Sánchez del Amo efectuó un ligero calentamiento y ejercicios físicos, antes de que el balón entrase en juego.
A caballo entre los terrenos de juego II y III, el míster dividió posteriormente a su plantel profesional en tres grupos de trabajo que fueron rotando.
Así, mientras dos de ellos se enfrentaban en diversos partidillos de acoplamiento, el tercero en cuestión en cada ensayo ‘bombardeó’ a los porteros en una continua sucesión de centros y remates.
Víctor Sánchez hizo hincapié en la finalización con el objetivo de ver puerta con efectividad en el próximo duelo del domingo ante el Valencia.
Futbolistas como Luis Alberto, Lucas Pérez o Juanfran fueron los primeros en exhibir su potencia en el chut en los metros finales.
Tanto en las voleas y disparos de los deportivistas como en las pachangas de acoplamiento pudieron verse tantos espectaculares.
Aunque desde luego que no es su fuerte Juan Domínguez sorprendió con dos golazos sin dejar caer el balón al césped; otro de los más inspirados fue el extremo portugués Miguel Cardoso, que quitó las telarañas a la portería de Pletikosa en un potente cañonazo tras recorte.
Aunque se le ha colgado el cartel de transferible en este mercado de invierno, el bosnio Haris Medunjanin no baja el pistón y en la jornada de ayer se le vio también muy participativo, a la espera de que se dilucide su futuro inminente.
Como nota anecdótica cabe reseñar que a la conclusión de la actividad matinal hubo un voluntario que se quedó cinco minutos más ensayando el lanzamiento de estrategia desde fuera del área. Fayçal Fajr probó fortuna en el lanzamiento a balón parado, sin portero. El marroquí, sin duda, es un ejemplo de constancia y entrega.