Ahora Madrid auditoría la deuda y plantearía una consulta sobre si pagarla

Ahora Madrid plantea una auditar la deuda pública de la capital española mediante un proceso participativo y, una vez analizada, aspira a plantear una consulta a los madrileños sobre si se debe pagar en su totalidad.

"Se va a votar; vamos a auditar la deuda, vamos a ponerle a la gente sobre la mesa los resultados de la auditoría para que pueda ver en qué se ha gastado el dinero, y después se va a decidir qué hacer con ella", explica a Efe Pablo Soto, número 7 en la lista del partido que aúna a Podemos, Ganemos y Equo, y responsable de participación ciudadana.

Pablo Soto (Madrid, 1979) explica que el programa de Ahora Madrid a la Alcaldía de la capital ya incluye auditar la deuda pública para que la gente conozca en qué se han gastado el dinero los anteriores gobiernos.

Una vez auditada, se planteará una consulta sobre qué hacer con ella: "Nosotros haremos una propuesta" que después se votará, dice en una entrevista con Efe.

Porque a juicio de este programador informático pionero en crear programas de intercambio de archivos, los madrileños deben pagar lo que se han gastando los ciudadanos, pero también es necesario que tengan la opción de decir que "hay deudas ilegítimas". "Y que lo que le hayan regalado a quien sea, que lo pague cada uno", comenta.

Soto plantea un sistema avanzado de participación articulado en dos mecanismos: iniciativas que desemboquen en consultas ciudadanas y presupuestos participativos en los que el porcentaje susceptible de ser decidido entre todos sea mayor cada año, de forma progresiva.

Según este esquema, cualquier ciudadano o grupo podría plantear una propuesta que -tras ser avalada por un porcentaje del censo aún por determinar- sería analizada en un grupo de trabajo con expertos en la materia, afectados y responsables políticos.

"La labor de este grupo es arropar a la persona que ha hecho la propuesta para articularla de la forma más concreta posible y para conseguir que lo que se lleve a referéndum sea una pregunta de mucho consenso: no se trata de aprobar cosas por la mitad más uno", explica Soto a Efe.

No obstante, concreta, la propuesta de ese grupo de trabajo no puede ir contra el espíritu del planteamiento inicial, de manera que si el promotor no está de acuerdo con el trabajo del grupo se votarán ambos textos. "Son muy raros los casos en que llegan las dos propuestas a votación", precisa.

Cualquier iniciativa es susceptible de someterse a referéndum, pero lo habitual es que se decidan cuestiones que afectan de forma muy directa a la vida de los ciudadanos, por lo que Soto cree que la participación en ese tipo de procesos será alta, según la referencia de países europeos como Suecia o Suiza.

Y sobre la participación en la redacción de los presupuestos, dice: "Los presupuestos participativos generan menos deuda, al contrario de lo que puede parecer".

"La democracia participativa supone que puedas contribuir a tomar las decisiones reales sin reemplazar a la representativa", explica Pablo Soto, que frente a "los miedos de que se voten cosas locas" defiende que la participación es un derecho que se adquiere y que la sociedad madrileña "por supuesto" que está preparada para asumirla.

Y le hubiera gustado que el cambio de las marquesinas en Madrid capital se hubiese sometido a votación, pero pone más ejemplos: "Si se va a hacer una ordenanza que decida el horario de apertura de los negocios se tiene que dar la oportunidad a los vecinos de pronunciarse".

"Lo contrario sería pensar que cuando votamos cada cuatro años estamos dando un cheque en blanco o que vamos a estar de acuerdo con todas las decisiones que tome ese equipo de gente", opina Soto.

Añade que en la redacción del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) también deben establecerse mecanismos participativos: "Un Ayuntamiento democrático debería corresponsabilizar a la ciudadanía, tiene que ser un proceso colectivo".

A Pablo Soto no le asusta que las formaciones políticas mediaticen ese proceso de participación: "Quizás es bueno que los partidos hagan ese trabajo; ahora se dedican a tirarse los trastos, mientras que la democracia participativa permite cambiar el 'y tú más' por un debate abierto en términos de argumentos".

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