Rosell dimite sin preguntas

   Si en la presentación del futuro del estadio -"la decisión más importante" de los próximos 100 años, según la Junta Directiva- el amplio Auditorio 1989 se engalanó para la ocasión, en la comparecencia sin preguntas de hoy en la que Sandro Rosell ha anunciado su dimisión como presidente del Barcelona se ha optado por la reducida Sala de Prensa Ricard Maixenchs, en las entrañas del aún sin reformar templo azulgrana.

La expectación mediática, eso sí, fue la de las grandes citas. Como si de un Barça-Madrid se tratara, el bullicio de periodistas, cámaras -cerca de una cincuentena- y empleados del club -entre ellos tres de los cuatro jefes de comunicación del mandato de Rosell- fue una constante.

Cualquier movimiento captaba la atención de los medios de comunicación, que, ante el anuncio de tormenta, esperaban, con tensión, el inicio del fin de un día de guardias maratonianas en las oficinas del club, así como en las puertas de la residencia que Rosell tiene en el barrio de Les Corts, a pocos minutos del Camp Nou.

El primer aviso se produjo a las 18:56, con la entrada de Marta Pineda, su esposa. Su rostro serio se dejó ver en el fondo de la sala de prensa.

Ante el agobio de los flashes, consultó durante treinta segundos su teléfono móvil, antes de que un miembro de protocolo del club le aconsejara situarse en una de las esquinas, donde, más aliviada, esbozó una sonrisa de aparente tranquilidad.

La aparición de Rosell, prevista para las 19:30, se demoró en más de una hora. "Los directivos siguen reunidos, no os puedo decir cuando se acabará", señaló a las 20.15 horas un miembro del departamento de comunicación, ante el murmuro de impaciencia de la sala.

Rosell compareció, acompañado de su sucesor, Josep Maria Bartomeu, a las 20:48 horas, al mismo tiempo que en el Palau Blaugrana se disputaba el Barça-Unicaja de la Euroliga.

Su monólogo lo desgranó con la presencia en la sala de todos los vicepresidentes -incluido el de Relaciones Institucionales, Carles Vilarrubí-, casi todos los miembros de la junta directiva, así como el director deportivo, Andoni Zubizarreta.

Serio y con los ojos brillantes, el expresidente sólo cedió una sonrisa cómplice a Bartomeu, segundos antes de leer, durante más de cinco minutos, un comunicado sobrio, en el que expuso los éxitos de su gestión y los motivos de su dimisión.

Como ya sucedió en la rueda de prensa del proyecto de remodelación del Camp Nou con las preguntas sobre el fichaje del brasileño Neymar, Rosell -esta vez sin la presencia del portavoz Toni Freixa- no dio opción a que los periodistas pudieran profundizar sobre los motivos de su adiós.

Con un "Visca el Barça" y "Visca Cataluña", terminó su última intervención como presidente, que recibió los aplausos de sus colegas de junta. Tras pocos segundos de ovación, cedió la palabra a Bartomeu que, a diferencia de su antecesor, anunció una rueda de prensa para mañana viernes.

Su soliloquio fue más breve y dejó claro que se siente "fuerte" para seguir como presidente hasta 2016. El exvicepresidente se abrazó a su "amigo", que salió con prisas de una sala de prensa que se quedó sin poder conocer con mayor profundidad los motivos del adiós del trigésimo noveno presidente de la entidad.