El necesario tinglado de la plaza de la Verdura construido en el siglo XVIII

El necesario tinglado de la plaza de la Verdura construido en el siglo XVIII
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La Junta de Policía comunica, el 7 de abril de 1793, que se entregue a Miguel Martínez el plano de la obra del tinglado de la plaza de la Verdura de La Coruña para que pueda darle principio y, al arquitecto Fernando Domínguez, señale sitio y asista a la fijación de piquetes. De modo que el 20 de enero de 1795 se procede a ver los perjuicios que se causan al público al no enlosarse la plaza de la Verdura, acordando la Junta que el arquitecto dé principio a esta obra, pasando su costo a favor de los fondos públicos, al igual que en obras anteriores.

Tras este aviso, el 6 de febrero del propio año, para dar principio al embaldosado de la plaza de la Verdura, se necesita que los dueños de las viviendas cierren los huecos que hay de casa a casa. Sin haberlo cumplido, avisados por el comisario de semana y por el secretario para que lo cumplan dentro del término de cuatro días, que de pasar, lo haría a su cuenta el arquitecto. Para el 6 de octubre, la Junta señala el día del remate del enlosado de la plaza de la Verdura. Se presentan por postores Antonio Fontenla, José Carballo, Juan Francisco Estévez y Manuel Gómez, quienes enterados de las condiciones formadas por el arquitecto en 7 y 17 de enero de 1792 y con la adición de que los escombros que resulten se han de conducir al arenal del Orzán, hicieron sus posturas que fueron siguiendo hasta la de Gómez, que puso la vara de caño maestro a 39 reales y 26 maravedíes; la de caño particular a 16 reales y 26 maravedíes; la de excavación a seis reales y  nueve maravedíes; la de morrillo a 12 reales y la de cantería a 21 reales y 26 maravedíes, en cuyo estado se encendió candelilla y se apagó con dicha postura, sin que nadie la mejorase, por lo que la Junta hizo remate a su favor de la expresada obra, y que dé principio de inmediato  comisionando a los señores Freire y Mira, para recibo de la fianza.
     

Así, el 9 de julio de 1795 se ve un memorial de Esteban Aubert, maestro de carpintería, de que por esta Real Junta, se mandan remover 19 casetas que están en la plaza de la Verdura y sitio donde se construye el Tinglado, propone ejecutar esta obra a razón de 180 reales, por cada caseta, y se acuerda la obligación de no repetir más cantidad que la expresada y colocar las barracas en el sitio que se señale, poniéndolas en el estado que actualmente tienen. Se libre de caudal de propios su importe por medio de certificación del arquitecto acreditando el cumplimiento. Como así lo hace constar el 30 de julio de que Esteban Aubert hizo la mudanza de las casetas de la plaza y se le libre de gastos eventuales la cantidad que se ha convenido. No obstante como la Junta se demoraba en el pago, envía un memorial y el 6 de agosto dicha Junta libra el siguiente decreto: “Pase al contador para que, del caudal destinado a gastos eventuales, libre al interesado el importe de la mudanza de casetas de la plaza, a razón cada una de 180 reales, según se ha convenido, satisfaciendo la otra que se ha mudado”.
       

El 29 de abril de 1796, en la Junta se ha visto lo expuesto por el señor interventor en el expediente del Tinglado de la plaza de la Verdura, porque se pide que se una, a dicho expediente, copia de la orden de aprobación del Consejo y que el arquitecto certifique con responsabilidad suya, de que el asentista ha hecho la obra aprobada, que la Junta juzgó por no necesarias, explicando sin la menor ambigüedad y hallarse construido el pavimento o enlosado del mismo Tinglado con el espesor o grueso que contiene la tercera condición y lo mismo los macizos de los cimientos de toda la construcción y explicando también si las tablas con que se halla cubierto todo el Tinglado reúnen, o no, el grueso capitulado y se acordó se dé una orden en aprobación y que el arquitecto emita certificación según se solicita por el interventor.
       

Dando cuenta la Junta el 11 de marzo de 1797 del informe dado por el arquitecto Fernando Domínguez, con asistencia del interventor interino y José de Mira en 30 de diciembre de 1796, por el que consta que Miguel Martínez, asentista que fue del tinglado, que se ha fabricado en la Plaza de la Verdura, ha cumplido su encargo sin el más leve descuido, ni omisión y en atención a que resulta acreedor Martínez a la partida de reales, por esta razón, según la liquidación hecha por el citado arquitecto, en 20 de octubre de 1795, ha acordado la Junta que el contador de propios forme libranza a favor de aquel de la cantidad que con respecto a dicha liquidación le corresponda, para que se le remita certificación al memorial que Martínez presentó en 16 de diciembre de 1794, a cuya liquidación citada de lo expuesto a su consecuencia, para el interventor de la certificación última de Domínguez, y este acuerdo para afianzar el despacho de la libranza.
       

No obstante el 18 de septiembre de 1807 la Junta tiene conocimiento que el tinglado de la plaza de la Verdura y el de la Harina se hallan deteriorados y se da orden al arquitecto para que proceda a su recomposición. También se da orden al contador para que libre el importe de esta obra a cuenta del caudal de propios.

El necesario tinglado de la plaza de la Verdura construido en el siglo XVIII

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